
La gravedad de estos hechos -destacados hoy por la prensa española- es aún mayor si se tiene en cuenta que el asesino perpetró los crímenes en presencia del hijo que tenía en común con la fallecida, de sólo cuatro años edad.
Hoy la prensa española se hace eco de la dramática situación del pequeño, que se encuentra asistido psicológicamente en un hospital de Guadalajara y a punto de ser acogido por una familia, a pedido de la consejería competente de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
Lo llamativo en este punto es que las autoridades castellano-manchegas han adelantado su voluntad de ejercer la tutela del menor "porque sus abuelos residen en la Argentina", como si esta circunstancia fuese del todo obstativa para que sus ascendientes legítimos pudieran hacerse cargo del niño, o como si la Argentina se encontrara en el planeta Júpiter o algún lugar tan inalcanzable como éste.
A estas horas no se tiene conocimiento de que la Embajada Argentina en España, a cargo de don Carlos Bettini Francese haya tomado cartas en el asunto. Es de esperar que el embajador intervenga en nombre del Estado argentino y facilite el encuentro del niño con sus abuelos y ponga a disposición de éstos la asistencia jurídica y económica necesaria para que los ascendientes argentinos del menor puedan hacerse con su guarda y custodia.