Los Derechos Humanos hoy

Creo que es ineludible recrear el debate sobre el tema de los derechos humanos en la Argentina, donde confluyan saberes diversos, pero también haciendo una apelación a la memoria histórica, una discusión con ideas e ideologías, pero sin sectarismos, donde el pensamiento prime sobre lo escrito y donde se equilibren la conciencia y la voluntad. ImageCuando se plantea la defensa de los derechos humanos, de forma laxa e imprecisa, es de rigor las adhesiones de importantes sectores políticos y sociales, desde los llamados de izquierda hasta los que se rotulan de derecha, solo la indiferencia, impronta imprescindible del neoliberalismo, está ausente de estas convocatorias.

El tema de los derechos humanos está en nuestra constitución y en una variada gama de declaraciones y normativa internacional. No hay organismo público o privado que no tenga una Comisión o algo similar de derechos humanos. Esta situación que es plausible a simple vista, lleva a una reflexión sobre si la cuestión es convicción y militancia o una moda que nos sirve para lavar nuestra inoperancia cuando no la participación en acciones  en contra de las víctimas del sistema.

Sin dudar de la vigencia plena de "ni olvido ni perdón", frase que refleja no solo el dolor, sino una exigencia plena de justicia por parte de los familiares de las víctimas de la dictadura militar y sus cómplices civiles de 1976, creo que es perentorio ampliar el nivel de alcance de la misma, a los genocidas de los 90, a los cómplices actuales del imperialismo y sus organismos financieros, de los que causaron y causan víctimas que sufren el horror de la desocupación, la miseria y de la muerte por falta de medios materiales de subsistencia. En los tiempos que corren, hasta los ex genocidas repudian el terrorismo de estado de la década del 70 .

Es importante abandonar el mero testimonialismo sectario que lleva a reducir los derechos humanos a determinadas fechas o situaciones muy particulares. El recordar fechas y realizar actos en consecuencia, solo son una tarea mínima, si de defensa de los derechos humanos se trata. Obviamente es más cómodo salir con alguna periodicidad a manifestar públicamente nuestro repudio al genocidio que comenzó en 1975 que plantear un serie de actividades cotidianas que defiendan los derechos a vivir dignamente progresivamente conculcados. Los derechos humanos, no son de izquierda o de derecha, forman parte de los derechos inalienables de todos los ciudadanos, creo que la defensa de los mismos en su versión de repudio a la totalidad de las formas de genocidio, el hambre el más común en nuestra América Latina , nos debe llevar a no dejar de denunciar a los que lavan su conciencia de genocidas actuales, cómplices de una burguesía trasnacional ávida de ganancias a toda costa, y de una amplia gama de políticos corruptos prebendatarios del sistema, frecuentemente presentes con declaraciones en defensa de los derechos humanos. No a los derechos humanos como moda, no a los derechos humanos como negocio tanto de fascistas como de progresistas, y si a la militancia cotidiana, a la concepción de que se vive exigiendo y defendiendo los derechos humanos.