Elogiar para destruir

La técnica consistente en elogiar al antagonista que representa la antítesis política, moral o estética de otro, para denostar a ese otro, es vieja como el andar a pie. A veces se puede destruir la honra y la buena fama de una persona, mediante el simple recurso de ensalzar las supuestas virtudes de un enemigo, sin nombrar siquiera al primero. Pero la técnica de elogiar a aquel cuyo cadáver esperamos ver pasar por la puerta de nuestra casa, con el propósito de dejarlo por los suelos, es en cierto modo novedosa, por no decir perversa. Lionel MessiNo quisiera hoy referirme a ciertos antagonismos políticos que bien conocemos, sino al duro contencioso planteado entre Diego Maradona y los periodistas. Al elegir este tema, lo primero que viene a mi mente es el recuerdo de desencuentros profundos y recurrentes entre el personaje y la corporación de los escribidores, quizá desde que un Maradona en ascenso, pero aún muy tímido, durante la misma dictadura militar, mandó a clausurar el programa del periodista Bernardo Neustadt porque el hombre había deslizado algunos comentarios poco favorables hacia doña Tota, la madre del futbolista, la María de Nazareth de la iglesia maradoniana.

Más tarde, el ídolo se lió a tortas con periodistas de carne y hueso, y creo que más tarde aún dispersó a un piquete de los mismos a punta de perdigonazos. El incidente -no estoy muy seguro de esto- le valió a Maradona una condena penal en la República Argentina. Por lo tanto, quisiera recordar que las relaciones entre Maradona y los periodistas siempre fueron ásperas y que no debe perderse de vista que estos periodistas (aquellos, los otros, los mismos, ¡Qué más da!), hicieron que los jueces condenaran a Maradona y que casi lo envíen a la cárcel.

Quiero decir con todo esto que, exabrupto más, exabrupto menos, es posible que Maradona tenga "algunos motivos" para odiar a la prensa y que ésta, por su parte, tenga ya suficientes motivos para dejar de pensar que su inmaculada virginidad debe ser motivo de simpatía universal. Creo que aquí hay un punto para analizar.

Españoles


A los periodistas españoles, envalentonados por la EuroCopa que conquistaron y por la brillante clasificación de su selección a la Copa del Mundo 2010, no les conviene una Selección Argentina aguerrida y competitiva en la fase final de Sudáfrica. Los periodistas españoles sueñan con batir a Brasil en la final, un equipo al que admiran, pero al que jamás -salvo en 1950- han conseguido jugar de igual a igual. Quizá, ello sea producto de no haber sacado buenas enseñanzas de la reciente experiencia de la Copa de las Confederaciones, de la que España quedó apeada de un modo más bien inexplicable.

Al no conseguir estos periodistas que las presiones y los insultos mediáticos contra Maradona contribuyeran a que la Selección Argentina se quedase fuera del Mundial, al ver que el entrenador, por cada mamporro mediático devuelve un misil nuclear, han decidido elogiar de forma desmedida a Lionel Messi, a quien han erigido, en poco menos de 48 horas, en el "antiMaradona".

Hay que reconocer que es muy difícil elogiar las cualidades de Messi de forma desmedida, porque el jugador de Rosario es mucho más de lo que se pueda decir de él. Pero la campaña es clarísima. Se espera que enfrentando a Messi con Maradona, la Selección Argentina tenga un liderazgo bipolar y que, a causa de ello, fracase.

Nada más salir de Montevideo tras el último partido clasificatorio, Messi viene siendo objeto en España de una veneración inversamente proporcional al caudal de críticas que recibe en la Argentina. En un primer momento daba la impresión de que se trataba de la reivindicación de un "ídolo propio", pero más tarde quedaba claro que lo que se pretende es complicarles la vida a los dos, a Messi y a Maradona, hasta llegar a enfrentarlos o, por lo menos, a profundizar sus diferencias.

Para los enemigos futbolísticos de la Selección Argentina, Messi se ha convertido en el ariete que derribará la fortaleza maradoniana, pero desde dentro.

¿Un despropósito, o una estrategia demasiado sutil para unos señores que aman el fútbol de "embestida", una especie de mix-fusion entre el balompié y la Fiesta Nacional (los toros), y que se lucen internacionalmente en deportes tan sofisticados como el levantamiento de piedras o el remolque de camiones?