
Salta esta más linda también por obra de los vecinos que conservan y embellecen sus casas y jardines, y que resisten los embates de la especulación inmobiliaria que impulsa la construcción de torres de departamentos.
Y esta más linda pese a ciertos arquitectos que se asocian a esta especulación y dejan sus huellas de improvisación y de mal gusto en edificio horribles e impropios de una ciudad como la nuestra.
En mi particular opinión, la gestión del señor Intendente Isa tiene un acierto notable: El puente Ceferino Velarde que integró la ciudad y arrinconó a los bajos fondos. Pero tiene también una carencia clamorosa: La falta de celo en la preservación del patrimonio arquitectónico.
Dicho esto, deseo que, para bien de todos, el éxito acompañe este nuevo tramo de gestión.
Pero hay algo que el señor Intendente debe rectificar de inmediato. Me refiero a algo que tiene que ver con el culto a la personalidad.
Hace al menos un año, los publicistas que le asesoran recomendaron a nuestro Lord Mayor que bautizara su gestión como Intendencia Isa. Era un exceso que pasaba desapercibido en medio de las costumbres y usos del régimen anterior, centrados precisamente en el culto a la personalidad.
Aun así, algunas críticas movieron al sagaz señor Isa a suprimir tamaño despropósito de la publicidad oficial.
Sin embargo, esos mismos publicistas del subdesarrollo han vuelto por sus fueros, aunque ahora intentando colar por la puerta trasera su genial idea.
Es así como la publicidad oficial incluye el siguiente texto que vuelve a vincular el ilustre apellido del señor Isa con la institución Intendencia y con nuestra ciudad:
INTENDENCIA
I SALTA
Una picardía innecesaria, que empaña el inicio de gestión y que bien haría en eliminar de un plumazo el reasumido señor Intendente.