Antilógicas

Mantener cierta lógica, cuando todo alrededor -parece- haberla perdido, es por lo menos una tarea ardua. Lograr entender cómo un magistrado puede fallar en contra de la ley que juró respetar supera a las opiniones y a los razonamientos. Trasbordador espacialComprender el trabajo intelectual -sí es que lo hay- en el armado político de candidatos, que de ser elegidos no van a asumir, es inimaginable. Pero a la vez es increíble que haya quienes -según las encuestas- crean en ese armado político.

La Argentina, que si bien históricamente ha manifestado este rasgo, en la actualidad, como sociedad, cayó en la más incomprensible de las antilógicas.

Se esperaba que Boca, que está en las últimas posiciones del torneo local, fuera campeón de la Copa Libertadores. A su vez se esperaba que el director técnico, consiguiera resultados en la competición, cuando ni siquiera había logrado armonizar los liderazgos en el grupo de jugadores.

La dirigencia nacional, sin importar de qué sector se trate, responsabiliza a la prensa y a los medios por cada fracaso o error cometido por ellos mismos. Sin advertir, que con el actual “humor social” vende mucho más: el éxito y la buena noticia.

La pareja presidencial que más utilización hizo en su gestión de aviones y helicópteros oficiales, que incluso cercaron con vallados la Casa Rosada y la plaza de enfrente sobre la Av. Paseo Colón, para hacer las maniobras de aterrizaje, despegue y traslados en autos. Y un gran porcentaje de las veces los usaron para fines particulares o de campaña partidaria. No dejan de recordar en sus discursos la salida del Presidente del 2001 luego de su renuncia.

La oposición presenta una impugnación por las candidaturas testimoniales y condena el fallo en primera instancia que las avala. Mientras que hace unos meses apenas, su máxima líder y hoy candidata a diputada por el Acuerdo Cívico, Elisa Carrió, presentó en Comodoro Py una denuncia Penal contra Néstor Kirchner, como cabeza e ideólogo de una asociación ilícita. ¿No es mucho más grave esa acusación, que presentarse y no asumir o no tener el suficiente tiempo de residencia para una candidatura?

La oposición habla de la “Nueva Política” y el oficialismo de “No volver al 2001”, cuando en realidad, en los tres armados políticos principales están los mismos de siempre, incluso algunos que antes estaban enfrentados y ahora están juntos. Y otros que estaban juntos y ahora están: irreversiblemente separados. ¿Irreversiblemente?

Antes había candidatos, que haciendo propios los deseos sociales, pedían vivir en un “país normal”. Hoy las antilógicas hicieron que la normalidad sea una utopía.

Hace pocos días cuando despegó el trasbordador espacial con la misión de colocar un nuevo telescopio, ante los incidentes sufridos por la nave en la salida, los comentarios del artículo informativo y los foros en Internet abundaban de buenos deseos y apoyo moral a los astronautas. Incluso algunos crearon cadenas y grupos de oración para que la tripulación vuelva con vida a la tierra.

Lo cual desde ya es una buena actitud y moralmente ponderable; pero alguno de estos argentinos preocupados por la misión espacial, se habrán detenido a pensar, por un minuto, que en nuestro país, para remitirnos a nuestra más cruda realidad, mueren casi tres personas por día, en accidentes de transito evitables. Esos mismos habrán hecho alguna vez un comentario aunque sea mínimo en tal sentido, que ayude a mitigarlos.

Quizá sea que es más fácil, y demanda mucho menos compromiso, preocuparse por algo tan lejano como el espacio, en lugar de ocuparse de algo tan cercano como una calle o avenida de su propia ciudad.

Lo último que le faltaba a esta campaña electoral, convertida a esta altura en la hoguera de la banalidad. Era justamente un programa de televisión, que a modo de caricatura de los personajes políticos. Intenta reproducir con menos intelectualidad, pero mayor rentabilidad, a aquellas viejas publicaciones de “Caras y caretas” o la revista “Humor”, pero esta vez lo hacen con actores de verdad en el “Gran Cuñado”.

Estos personajes exacerbando las características de los políticos –siempre, claro, a conveniencia de la producción del programa- los pueden hacer ver como: “qué vivos” o “qué imbéciles”. Curiosamente nunca como: -qué honestos, qué creíbles, qué confiables, qué inteligentes o todo lo contrario, dependiendo de qué político se trate. Pero al menos tratando de transmitir alguna realidad.

Este programa, que por otra parte es el de más alto raiting de la televisión de aire, ha reemplazado en la preocupación de los políticos a las encuestas, los sondeos de opinión y hasta a los consultores. Es más importante para ellos su “Clon Artístico” que cualquier, discurso o declaración real de ellos mismos.

Y han llegado a tal punto que no saben qué es más conveniente con miras a la elección del 28 de junio. Sí retirase antes del programa y “estar nominado” o seguir a riesgo de ser vivo o imbécil según se le indique al actor desde la producción, mientras seguramente los creadores siguen “facturando”.

La Influenza A que preocupa al mundo, en Argentina se previno de un modo eficaz. Se suspendieron vuelos de los lugares de conflicto, se instalaron dispositivos y se prepararon centros de salud para esa emergencia. De este modo se logró que tan sólo se produjeran dos infectados, que incluso no eran autóctonos. Sin embargo se invirtieron cerca de 70 millones de pesos, a razón de 130 pesos por cada uno de los 500 mil tratamientos, del único medicamento conocido, más los dispositivos tecnológicos.

Hasta aquí suena coherente, pero si se lo compara con los 27 mil infectados de dengue, según cifras oficiales, Médicos del Mundo y otros Organismos hablan de más de 60 mil... Epidemia por la que se invirtió (también según cifras oficiales) unos 7 millones de pesos. O por ejemplo los magros 3 millones presupuestados para la lucha contra la tuberculosis, una enfermedad del pasado, que en la Provincia de Buenos aires mata a más de mil personas al año. Hablar de 70 millones por dos casos solamente es irrisorio.

Las antilógicas se suman y se multiplican; se difunden y se esparcen; pero lo peor: la gente las cree y las sufre.

La antilógica se ha convertido en el modo de pensar y actuar de nuestra dirigencia y aceptada o no advertida por nuestra sociedad.

El corto plazo y la improvisación es la esencia de la antilógica. Seguramente son mucho más planeados, diseñados y organizados al milímetro, (de lo que quieren trasmitir), los clones de Gran Cuñado, que los políticos de verdad. Esta bien que Tinelli lo hace por conveniencia y los políticos reales… ¿Por qué no lo hacen?.

Las antilógicas indignan, molestan e impiden la normalidad, pero lo que no se puede dejar de advertir, es que dañan.

A esta altura ya comenzaron los actos de campaña, los cortos publicitarios, los recorridos, las caravanas y los monumentales gastos electorales.

Oficialistas y oposición, unos con el peso del Poder y otros con la levedad de la crítica; unos con la historia a cuestas y otros también; ambos con el miedo al otro; los dos con acusaciones mutuas; todos con promesas; todos con la más perfecta y cruel imbecilidad, olvidan o no les importa, que en Argentina todos los días, cada día, mueren 18 niños de desnutrición y muertes evitables y eso no tiene ninguna lógica.