
El fetichismo gráfico o documental no ha desaparecido con Perón ni mucho menos. Hoy está de moda fotografiarse con los grandes líderes del mundo y presumir de ello procurando mantener en el mayor secreto los medios empleados para lograr estas inolvidables instantáneas. La foto, como resultado de una gestión internacional, es a menudo mucho más importante que cualquier palabra que el beneficiado haya podido intercambiar con el líder más famoso y, desde luego, más trascendente que cualquier acuerdo al que hubiera podido llegar con él.
Muchos de los que consideran una "proeza" obtener una foto con otros importantes líderes ignoran que los políticos mundiales de primer nivel, de cualquier ideología, de cualquier país que sean, adoran las fotos y que normalmente no desaprovechan ocasión de fotografiarse con quien sea. Es parte del oficio y muchos de ellos, sin necesidad de recurrir a preparativos y cuidados especiales, están mejor dispuestos para una sesión de fotos que profesionales como Kate Moss o Heidi Klum.
Quizá no haya sido el caso de Lyndon B. Johnson, del general De Gaulle o de Golda Meir, reconocidos como tres de los políticos menos agraciados físicamente del siglo XX. Pero sí el del siempre bien dispuesto Nicolas Sarkozy, el del fotogénico Tony Blair, el del marcial y pechinflado George W. Bush, el de la serena y sonriente Angela Merkel, el del elegante Vladimir Putin o el de los idénticos gemelos Kaczynski, que cuentan, además, con la ventaja de poder reemplazarse el uno al otro en cualquier foto.
Un caso especial
Ciertas matizaciones deben hacerse, sin embargo, en el caso de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, a quien -sin mengua de su autoridad ecuménica- se considera el pontífice más elegante de la historia; más aún desde que fuera distinguido como el "mejor portador de accesorios del año" y uno de los 23 hombres mejor vestidos del mundo, según la famosa revista Esquire.
Se comenta que el estilo impecable de Benedicto XVI tiene alguna explicación en la influencia que ejerce su secretario personal, Georg Genswein. No en vano la diseñadora de moda Donatella Versace ha adoptado a Genswein como fuente de inspiración para su última colección de moda, ya que según un comunicado oficial de la firma Versace, la colección para hombre otoño-invierno 2008 que se presentó durante la Semana de la Moda de Milán contó con modelos que Donatella eligió por su aspecto similar al del padre Georg: rubios y delgados ataviados con trajes ceñidos de colores negros y oscuros y camisas con cuello estilo clerical.
Este motivo, aparentemente trivial, añade sin dudas un punto más de importancia al hecho de retratarse con el Papa, sobre todo si se tiene el cuenta que junto a una enorme mayoría que acude a audiencias públicas y privadas vaticanas movidos por nobles impulsos espirituales y fe religiosa, no falta quienes buscan esta ansiada foto por motivos algo más terrenales.
Europa entera se cuestiona hoy una de estas fotografías, quizá la más famosa de los últimos meses, en la que junto al Papa aparece el controvertido matrimonio McCann, y especialmente Kate, "la mujer de hielo", cuyo gesto gélido y flemático es objeto de análisis por parte de expertos que ponen en duda la sinceridad de su acercamiento al Papa.
No es, desde luego, la única foto reciente del Papa que está bajo la lupa de los expertos.