La importancia de la democracia de América Latina

Cuando en julio pasado finalmente se resolvió un conflicto entre el sector agropecuario y el gobierno nacional a través de los resortes parlamentarios, pocos destacaron la importancia del sistema democrático como herramienta de resolución de problemas. Ya lo dije anteriormente y no por ello peco de redundante: el voto es el elemento más importante que tenemos para que los ciudadanos se encuentren representados tanto en el Congreso como en el Poder Ejecutivo. Diputado José Antonio VilariñoA los dirigentes que nos toca ser depositarios de ese voto, nos cabe también una responsabilidad enorme: el compromiso y conciencia de comprender que representamos a una cantidad importante de personas que nos votó para que defendamos sus intereses, y esa tarea es la que nos corresponde llevar adelante. Y ese "voto de confianza", valga el juego de palabras, debe ser respetado y sostenido por todos los medios con las herramientas democráticas que contamos.

En el resto de América Latina las problemáticas de nuestros pueblos hermanos son muy complejas. Lamentablemente en Bolivia se está viviendo un proceso violento, intolerante y separatista que no sólo ya ocasionó más de 30 muertos sino que también generó un fenómeno de discusión alrededor de la importancia de respetar la voluntad popular. La democracia, en su esencia, es la mejor  formula de poder del ciudadano; la voz y el voto en una elección y la cesión de un mandato para representar a quien es soberano y libre de expresión y pensamiento, es el valor supremo que debemos respetar y fomentar su respeto tanto en la Argentina como en toda la región.

Por ello es que en mi calidad de Diputado de la Nación presenté un proyecto de resolución "expresando la solidaridad y apoyo al gobierno constitucional de Bolivia, bregando por la paz social y repudiando los hechos de violencia y afianzando el sistema democrático". Como representante del Pueblo de Salta,  debo decir también que los salteños nos encontramos consustanciados con el pueblo boliviano y que, aun en las diferencias ideológicas que cada ciudadano pueda tener con el  Presidente Evo Morales, debemos admitir que los rasgos esenciales del proceso de integración y de institucionalidad acordados por los países de la región,  que integran el MERCOSUR, la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) como así también el las regiones que componen el ZICOSUR (Zona de Integración del Centro Oeste Sudamericano) , han sido respetados por el actual Gobierno de Bolivia, como lo indica el Referéndum realizado el mes pasado y que fuera validado por más del 67% de los votos.

De allí la necesidad de manifestar nuestro compromiso al proceso democrático y expresar nuestro repudio al accionar de quienes apelan a la violencia y el racismo para imponer sus intereses contra las necesidades y deseos del pueblo boliviano. Ningún intento de reivindicación social ha de ser legítimo si se recurre a  medios violentos y se apoya en incitaciones segregacionistas  que  denotan un profundo desprecio por los que sufren la exclusión, la pobreza y la explotación no solo en  Bolivia, sino en toda Latinoamérica. Los conflictos, de toda índole, deben resolverse por la vía republicana, con sus elementos disponibles para tal cuestión.

Bolivia debería tomar el ejemplo de Argentina en estos conflictos. La madurez del pueblo argentino se vio reflejada al aceptar como primera medida la decisión de un vicepresidente con voz de definición en su función de Presidente del Senado. Por ello y por el respeto de las instituciones democráticas de América toda, nuestro país debe apoyar y sostener los sistemas de la región en defensa de los ciudadanos de todo el cono sur.

El autor del presente artículo de opinión es diputado nacional por Salta.