Según los datos publicados hoy en Internet, en el mes de julio que acaba de terminar los precios de los alimentos que integran la canasta básica subieron en Buenos Aires un 3,3%. En términos anualizados, el aumento es del 25,7%. Conviene recordar que estos precios son los tenidos en cuenta para medir la pobreza y la indigencia. Un grupo de economistas se ha dado a la tarea de relevar mensualmente los precios reales que pagan los consumidores del área Gran Buenos Aires. Sus trabajos ponen énfasis en los precios de la canasta básica y en el capítulo alimentos y bebidas del IPC.
Los datos dados a conocer hoy muestran, una vez más, la intolerable falsificación estadística que viene realizando el INDEC para intentar ocultar lo que resulta evidente hasta para el mas desprevenido de los argentinos.
Si, como surge contundentemente de los trabajos de aquel grupo de expertos, el precio de la canasta básica es más elevado que el presentado por el INDEC, el número real de pobres es muy superior al que reconoce el Gobierno en su afán por mostrarse coherente con su sedicente progresismo.
Cabe consignar además, que la inflación anual verdadera del capítulo alimentos y bebidas trepó al 38%.