
Lo que llama la atención de los observadores no es la prodigalidad gubernamental en materia de huevos de pascua, sino el hecho de que los obsequiados con dichos huevos hayan sido sólo 1.500. Si sólo se tomasen en consideración cuatro días de la semana pasada, a una media de 6 vuelos diarios, el haber distribuido sólo 1.500 huevos estaría demostrando que las aeronaves aterrizadas en el Aeropuerto Internacional Martín Miguel de Güemes de nuestra ciudad lo hicieron con muchos asientos vacíos. De hecho, teniendo en cuenta la capacidad de transporte de estas aeronaves, la campaña "Semana Salta", en su faz aérea, podría haber sido un gran fracaso.
Todo indica que las previsiones gubernamentales de visitas y de ocupación de plazas hoteleras no se cumplieron, pero que tampoco la Semana Santa turística cerró debajo de los mínimos que muchos esperaban a causa de la perversa combinación de la crisis económica con la sanitaria provocada por el dengue. El flujo turístico, sin ser de los más altos, alcanzó un nivel razonable y éste es un buen augurio para la temporada de invierno, que es cuando se mide el auténtico potencial de esta actividad en Salta.