
Como se recordará, el pasado día viernes el tren se vio obligado a detener su marcha en Campo Quijano, a 20 kilómetros de la ciudad de Salta, y regresar a la estación de partida. La información oficial suministrada por la empresa Ecotren, concesionaria del servicio, habla de que fueron hallados "elementos extraños" en las tuberías que llevan aire a los frenos.
La suspensión de ayer fue motivada, al parecer, por una negativa del personal técnico de la autoridad ferroviaria (Belgrano Cargas) a autorizar la partida del convoy por la falta de un sistema de frenos de emergencia en uno de los coches. Desde la empresa concesionaria se ha informado, sin embargo, que el tren no pudo partir de la estación "por una falla técnica", sin especificar qué tipo de falla.
La empresa informó también que el importe de los billetes fue devuelto en su totalidad mediante una transferencia bancaria a los frustrados pasajeros y que, para el viaje de ayer, se habían vendido todas las plazas disponibles.
Aún no se ha podido determinar si esta sucesión de incidencias técnicas es producto de un "sabotaje", como sugirió el sábado pasado "Nuevo Diario de Salta", o si, por el contrario, obedece a negligencia de la empresa o a una casualidad.
Se desconoce por el momento la actitud que habrá de asumir el gobierno tras la suspensión preventiva, pero en el país de los incumplimientos contractuales ya se comienza a hablar de sanciones y de multas al concesionario, y pronto seguramente se hablará de rescisión. Entretanto, el turismo de Salta seguirá proyectando una imagen de precariedad que desluce los esfuerzos hechos hasta aquí para fomentar su crecimiento.
Por de pronto, más de 300 pasajeros, entre el viernes y el domingo, se vieron imposibilitados de disfrutar del trayecto ferroviario. Muchos de ellos, agobiados por la frustración, se preguntan ahora por la capacidad de los nuestros para ofrecer a sus visitantes un servicio del primer nivel mundial.