
Los nuevos SSD tienen, en principio, enormes ventajas sobre los discos duros tradicionales: Son mucho más livianos, reducen sustantivamente el tiempo de acceso a la información y son virtualmente inmunes a las vibraciones externas y los golpes. La mayor desventaja es, sin dudas, su precio, que es mucho más elevado que el de los actuales discos duros.
Por el momento, los SSD de gran capacidad no están disponibles para su venta por separado. Sólo algunos ultraportátiles, como el Lenovo X300 o el MacBook Air, los ofrecen ya integrados con capacidades que no superan los 64 GB. Toshiba también los incluye en su familia Portegé y Dell ofrece desde 32 hasta 128 GB en los Latitude y Precision. Todos con precios muy superiores a los de un ordenador común entre 1.500 y 3.000 euros. Sólo la familia de Asus Eeee ofrece ordenadores portátiles económicos con memoria SSD a precios de entre 300 y 400 euros.
Otro dispositivo estelar que incorpora este tipo de adelanto es el iPhone de Apple, si bien el liderazgo en cuanto a desarrollo lo ostentan la firma Samsung, que cuenta con dispositivos SSD de hasta 128 Gb y que a partir del próximo otoño europeo sacará al mercado un prototipo de 256 Gb, y Texas Memory System, que ya comercializa un SSD de 512 gigas.
Por de pronto, Samsung viene anunciando que sus nuevos dispositivos alcanzarán los 200 MB por segundo de lectura y los 160 MB por segundo de escritura, lo que los hace dos veces y media más veloces que los actuales discos duros. El desarrollo de celdas multinivel para el almacenamiento de datos promete además, reducir los precios de este tipo de dispositivos.