
Según la voz conjunta de industriales y trabajadores panaderos, el empeño del intendente por fabricar tortillas "ha puesto en riesgo el futuro de unas 50 panaderías chicas" y de una cantidad de puestos de trabajo que supera holgadamente el centenar.
Los afectados se preguntan si son ellos los que deben pagar con desempleo el deseo del intendente de congraciarse con los más necesitados.
Los industriales denuncian que Isa ha dejado de cumplir una promesa que les hiciera a finales de 2006 de no seguir adelante con esta iniciativa. Sostienen también que la panadería social municipal no sólo distribuye productos en comedores o merenderos sino que también "llega a vecinos de distintos barrios".
Tanto el presidente de la Cámara de Panaderos Martín Petrocelli, como el secretario general del sindicato Daniel Maldonado coincidieron en exigir de la Municipalidad una explicación de los motivos por el que el proyecto siguió adelante y en señalar que se encuentran en riesgo los puestos de trabajo de cientos de obreros panaderos.
Ambos dirigentes se quejaron también de que el intendente no les hubiera consultado. Para Petrocelli y Maldonado hubiera sido preferible darles participación a través de un directorio tripartido y en la creación de una escuela de panadería.
Maldonado confirmó que los obreros que actualmente se desempeñan en la panadería social de Isa no se encuentran afiliados a su sindicato y, por ello mismo duda sobre si "reúnen los conocimientos necesarios para hacer una buena tarea".