Caro Figueroa apuesta por la diversidad cultural

En la última jornada del Foro de Cultura 2008, el secretario de Cultura de la Provincia, Gregorio Caro Figueroa, estuvo presente en varios de los debates allí propuestos. Fuera de todo protocolo, el Secretario no esperó para pronunciar un discurso de clausura, Caro Figueroa en el fragor de los debates pidió la palabra y reflexionó, sin libreto previo, sobre la importancia del encuentro y sobre temas fundamentales de la cultura y del ámbito salteño. Participantes del Foro de Cultura 2008 en Salta“Este Foro abrió la posibilidad de iniciar un diálogo respetuoso, constructivo, muy amplio, que es el punto de partida para hacer efectivo un ejercicio de la democracia, apuntando que la democracia también se manifiesta en el campo cultural.

Quienes pertenecen a la generación aquella de los años ’60 y parte de los ’70, los que tuvimos actuación, fuimos de alguna manera formados en una Argentina donde prevalecían los antagonismos, toda diferencia se traducía en un antagonismo y todo antagonismo necesariamente debía derivar en un conflicto y el conflicto debía a veces resolverse de manera violenta. No es que los años nos hayan hecho abandonar muchos de los principios que nosotros sosteníamos entonces, pero sí creo que nos han ayudado a madurar en muchos sentidos. Y después de una larga y muy costosa experiencia creo que muchos hemos tratado de aprender que las diferencias no necesariamente deben ser origen, fuente de enfrentamientos irreconciliables, que las diferencias de opiniones no deben dividir a los argentinos en dos mitades o partes, sino que son distintos modos de ver la misma realidad.

Muchos países del viejo mundo hace muchos años se desangraban en cuestiones que muchas veces tenían que ver con las palabras, en una guerra que empezó con las palabras, con las diferentes formas de concebir la realidad que terminaron en enfrentamientos cruentos. La cultura, creo que sin renunciar a todo esto, debe apuntar a la mejor convivencia y a la paz, porque una cultura que no ponga en el centro de la reflexión y en el centro de la atención la defensa de la vida en su sentido integral, es una cultura que no sirve.

Nosotros no debemos, no podemos transformar a la cultura en un arma para justificar intelectualmente el odio, creo que este foro nos demuestra que esto sirve a la convivencia y la coexistencia de puntos de vistas muy distintos, incluso hasta opuestos. Este foro también tiene otro sentido que es el criterio participativo; en la Argentina han estado muchas veces clausurados los cauces de participación; la participación se ha traducido simplemente en un propósito declamativo que no ha sido efectivo. La democracia es asumir los riesgos, solamente los gobiernos autoritarios fingen que no hay riesgos y que todo es un pensamiento uniforme y único y que la sociedad tiene que ser amordazada para que no exprese sus opiniones diferentes. No tenemos que poner ningún tipo de restricciones a la libertad de expresión. Aunque esa libertad de expresión muchas veces nos duela, aunque muchas veces las reglas del juego para el diálogo sean también traspasadas, porque vamos a aprender que son tan importantes las formas, los modos en que debatimos, como el contenido que nosotros queremos decir. De esto nosotros todavía no tenemos conciencia.

En este logro que ha sido el Foro, yo no voy a atribuir un mérito al organismo Oficial de la Secretaría de Cultura, esto nos trasciende lejos, por suerte. Los protagonistas son ustedes y con el tiempo creo que nosotros vamos a ver que este es un acontecimiento muy especial; que muchas veces se han hecho en Salta acciones culturales con mayor o menos fortuna, con mejor o peor intención, pero no ha habido una política cultural; se ha hecho amiguismo de la cultura: “si yo soy amigo te doy una beca”, “te doy un premio”, “te pago un viaje”. Ha habido acciones discontinuas, ha habido una cultura para pocos, ha habido una cultura, digamos, cerrada, una cultura paternalista, una cultura excluyente.

Esto inaugura otra forma, pero no porque la Secretaría de Cultura lo imponga, sino porque es necesario que nosotros escuchemos sin renunciar a la obligación que tenemos. Si nosotros como funcionarios fracasamos será una responsabilidad nuestra, no vamos a trasladar nuestra responsabilidad a quienes participan en el foro; pero el foro tampoco ha sido una jornada simplemente de volcar palabras; estas están en los resúmenes de los grupos, están los aportes, están los trabajos que esperamos que ustedes aporten por escrito. Y nosotros vamos a tratar de tenerlos en cuenta, profundizarlos y llevarlos a adelante.

Por supuesto que no es fácil, por supuesto que las cosas no se logran de la noche a la mañana y repentinamente; y crear esa fantasía sería cometer un nuevo fraude. Nosotros estamos pasando de un estado ausente, de un estado asistencialista para unos pocos, el estado que protegió a los que más tienen y desprotegió a la mayoría, que se olvidó de lo social; a un estado que debe tener presencia, pero que no tiene que repetir al estado total y al estado que ocupaba todo el escenario. La democracia se hace cuando la sociedad, la comunidad, es la que tiene el protagonismo. El estado lo que tiene que hacer es apoyar los esfuerzos, tiene que conjuntar los esfuerzos, mancomunar los esfuerzos. Cuando nosotros ponemos en las manos del estado todo, le estamos dando al estado nuestra libertad, lo estamos habilitando para que sea un estado despótico y que nos prive de las libertades individuales que son muy importantes.Image

Creo que frente a este desafío de un mundo mucho más difícil, mucho más complicado, surge la tentación de retraernos, es decir, nos replegamos hacia nuestras individualidades locales. Y hay dos formas de encarar los desafíos, siempre el mundo ha ido haciéndose más difícil, más interrelacional, pero hay una forma, digamos, genuina y hay otra forma que no la es tanto. Hay un localismo defensivo que yo creo que eso nos debilita, un localismo que dice “nosotros no podemos, nos quedemos con lo poco que tenemos y no nos abramos al mundo” o “no asimilemos los avances que hay en materia tecnológica y demás, sigamos con el contador, desechemos la computadora, sigamos con ciertas cosas del pasado”. Creo que lo que necesitamos es una forma de defender lo propio de una manera activa, de sentar calidad. Nosotros somos capaces y se ha demostrado muchas veces de mundializar los productos locales de calidad, y de eso se trata. No se trata de replegarnos, porque ese aislamiento nos hace cada vez más frágiles y más vulnerables. No tengamos miedo, entonces, a la diversidad.

En este foro también hay una amplitud muy grande, no solo geográficamente, los puntos más apartados han llegado con mucho esfuerzo hasta aquí, gracias al apoyo del Consejo Federal de Inversiones, la preocupación del Gobierno de la Provincia; pero también hay algo muy importante que es esto de la transferencia. La cultura es la transferencia, la transmisión, la transmisión de la transmisión. Y esto es válido. Por eso no nos conforma que desde un organismo de cultura hagamos un muy buen calendario de espectáculo, que tengamos una excelente orquesta sinfónica que es una de las mejores de América Latina y que publiquemos una lista importante de libros aunque sean muy pocos ejemplares que se reparten en un pequeño ámbito y hagamos actividades en museos ajustadas para cincuenta o sesenta personas. No alcanza con eso. Si la cultura no es parte del tejido de la sociedad y no forma parte de la vida cotidiana de cada uno de nosotros, la cultura deja de tener sentido, es un producto muy caro que no arraiga, es una especie de algo que no se nutre de la sociedad en la que nace.

Por eso ustedes han planteado aquí el tema del medio ambiente, el tema social. La cultura no puede estar de espaldas a la sociedad, y no se confunde con lo social. Nosotros tenemos que distinguir la especificidad que tiene el fenómeno cultural, pero también no tenemos que desconocer, caminar hacia otro lado cuando hay una situación social como la que han planteado aquí en el caso de Orán, como en el caso de otros departamentos. Nosotros vivimos en una sociedad que tiene enorme pobreza, pero una sociedad con enorme pobreza no tiene necesariamente que aspirar a una cultura de la pobreza, a una cultura empobrecida. Desde la cultura podemos empezar a plantar otros valores, otros principios, otras metas. Todo, absolutamente todo lo que ha transformado al mundo ha comenzado por la fuerza de la imaginación y por la fuerza creativa de los hombres o de grupos de hombres o de hombres individuales. La cultura es lo que mueve, la cultura es la gran fuerza que estamos viendo. Hay una cultura, por supuesto, que tiene valores negativos, nosotros tenemos que trabajar en otra dirección.

Yo creo que lo de este foro ha sido único y, como digo, en el tiempo vamos a medir la importancia. Ojalá que no quede en un conjunto de actas de los resúmenes, de los debates; ojalá que continuemos, que este foro sea de alguna manera un ámbito abierto, informal, permanente. No perdamos las vinculaciones, nosotros mismos somos los responsables de nuestra libertad, de nuestra democracia que tenemos que fortalecer también desde la cultura, sin ponerle etiqueta partidista, ni política, ni ideológica. Esto creo que es muy importante, es importante lo que se ha dicho aquí. En algunos grupos he estado escuchando y a mí me produce una enorme mezcla de satisfacción y también de preocupación, de responsabilidad, el hecho de que muchas de las cosas que se han dicho aquí están en los lineamientos que nosotros dimos a conocer en el mes de diciembre, cuando nos hicimos cargo de este organismo de cultura. Quiere decir que nosotros estábamos atentos, por supuesto que hemos enriquecido muchísimo más lo que era un esquema.

Nosotros queremos hacer un proyecto de cultura, no fantasear, pero queremos hacerlo con los pies en la tierra y queremos hacerlo diciendo que tenemos recursos limitados, que tenemos que incrementar y esto sirve para eso. Pero el gobierno tiene que apuntar y nosotros tenemos la responsabilidad, estamos hablando con los legisladores sobre que el presupuesto de cultura tiene que ser como dice UNESCO, por lo menos del tres por ciento del presupuesto total del gobierno, tenemos menos del uno por ciento, mucho menos del uno por ciento. Todos los indicadores culturales están por debajo, la UNESCO también dice que hay que tener por lo menos un libro por habitante, tenemos más de un millón de habitantes y nuestra biblioteca principal tiene menos de sesenta mil ejemplares. Hay pobreza cultural, todavía hay analfabetismo artístico, como decía algún escritor francés en el siglo XIX.

Tenemos que apuntalar el tema de la lectura, por ejemplo; tenemos que mejorar la vinculación entre educación y cultura, entre educación y medio ambiente. La cultura es una, en un sentido tiene sus especificidades, tenemos que cooperar con los otros organismos, con las instituciones no gubernamentales, con turismo, tenemos que aportar criterios. Estoy de acuerdo que no podemos hacer un turismo depredador, un turismo de corto vuelo, que en el terreno que queda devastado las futuras generaciones no tendrán nada. Nosotros tenemos toda la responsabilidad de legar por lo menos lo que nosotros recibimos y mejorar lo que nosotros recibimos. Entonces, todo esto va ayudar. Y yo sé que ha sido un esfuerzo de todos venir hasta aquí, estar todo este tiempo. A nosotros que hemos organizado esto nos sorprende la participación, no queremos decir una cifra, hay 1.223 inscriptos y el grado de asistencia ha sido muy alto. En otros lugares donde se pagan cursos y demás, la gente asiste la mitad de la primera jornada y después sale a ver vidrieras y no queda nadie en los lugares. Aquí hay otra fuerza que nos mueve y eso es lo importante.Image

Nosotros no nos vamos a adjudicar este capital que está aquí que es un capital social importante, no queremos dilapidarlo, no queremos malversarlo, estamos abiertos a las críticas, estamos dispuestos también a explicar aquellas cosas que no se hacen. Ustedes han expresado, por ejemplo, la preocupación por algunos sitios arqueológicos importantes, las Cuevas de Guachipas y otros que se han mencionado aquí. Nosotros estamos trabajando para preservar esto que no se preservó nunca, para preservar lo que ha quedado, hay mucho que se perdió, algunas cosas son irrecuperables. Trabajemos juntamente con esto. Aquí a media cuadra se acaba de tirar abajo impunemente el mejor teatro, la mejor expresión de arquitectura “Art Dèco” de la provincia. Esto afecta la calidad de vida nuestra y afecta a la memoria nuestra. El día que no tengamos una ciudad con algunos rastros del pasado no nos vamos a reconocer como pertenecientes a esta sociedad. Todo esto nos une, nos religa al suelo, al pasado. No porque seamos nostálgicos, sino porque no podemos construir el futuro, no podemos pensar el futuro si se nos quita, si somos seres sin memoria, si tenemos amnesia total, no podemos.

La historia de las sociedades no se escribe sobre páginas en blanco. Nosotros somos un pequeño eslabón de una larga cadena que viene de muy lejos, que no empezó en 1582 cuando alguien fundó la ciudad, viene de mucho atrás. Entonces, teniendo conciencia a la vez de nuestra pequeñez pero también de nuestra responsabilidad, creo que podemos hacerlo. Que estos tres días no queden en tres días que desaparecen como un meteoro y después no se sabe nada, sino que sigamos en contacto, porque vamos a necesitarlo para ir modificando y poder diseñar una política cultural a largo plazo que sea del concurso de todos.

Agradezco el esfuerzo de la Dirección General de Gestión Cultural a cargo de Verónica Ardanaz. Les agradezco a ustedes que nos hagan llegar sus propuestas, nosotros estamos abiertos, no somos funcionarios ñoquis, no estamos ahí para acomodar a parientes o amigos, estamos trabajando. El día que nosotros nos apartemos de eso, ustedes como ciudadanos que son tienen todo el derecho de hacérnoslo notar; pero eso sí, que nos permitan, si hay algún incidente, que hagamos las correspondientes aclaraciones, no tenemos nada que ocultar. Muchas gracias”.