Roberto Ruiz, subsecretario de Industrias Culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación, se encuentra en Salta, invitado por la Secretaría de Cultura de la Provincia a participar en el Foro de Cultura 2008. Luego de sus palabras en el acto de inauguración del Foro, Ruiz amplió algunos aspectos tocados en su discurso. Usted habló de un proyecto troncal de la Nación, ¿puede especificar cuáles son las características de ese proyecto? Ruiz: Es un proyecto para nuevos emprendedores y pequeños emprendedores. Es un proyecto bastante ambicioso; no puedo decir que sea original, pero en definitiva hemos tomado de otros las cosas que nos interesa, porque otros proyectos muy parecidos que habían empezado muy bien, les faltó algo fundamental para las industrias culturales, que son el seguimiento y la medición de resultados. En esos proyectos, después que los funcionarios ya los habían publicitado, no se hablaba de sus resultados; luego no se sabía nada de ellos.
Y esto es negativo, porque si las industrias culturales están para generar más cultura y al mismo tiempo medir los resultados en contribución económica, a mí me interesa mucho dos años después de que algún nuevo emprendedor se inició, saber si le va bien, porque quiere decir que nuestro trabajo como Estado fue bien hecho. Y es importante hacer ver de qué manera la cultura puede crear trabajo y desarrollo que en definitiva se traduce en contribución económica para el producto bruto.
Y que la cultura no sea una contingencia, sino una actividad sostenible, ¿No?
Ruiz: Exacto. Yo olvidé comentar algo que dijo Gregorio Caro Figueroa y que hemos escuchado muchas veces. Hay muchos gobernantes, según las épocas algunos peores que otros, que asumen pensando que la cultura es una cosa pesada, es como un gasto inútil que hay que hacer para quedar bien. Es decir, yo sé que la poesía no le vende libros a nadie, pero lo vamos a hacer igual; voy a crear una orquesta sinfónica porque algunos núcleos de la población piensan que es importante escuchar música clásica, aunque después lo que van son diez personas. Y yo tengo otro punto de vista completamente distinto. Yo creo que la cultura es lo que hacemos todos los días, no es específica. La cultura son los pueblos originarios, somos nosotros; son los grupos de rock que de los cuales hablaba Gregorio, son los chicos que se juntan para hacer folclore; son aquellas personas que tienen ambición de hacer una radio comunitaria o periódico barrial; también alguien que está pensando en su novela, un talentoso que le gustaría desarrollarse en video, pero que no tiene esa oportunidad.
No podemos perder todo eso como generador de cultura en sí mismo, sino tampoco como contribución económica: como dador de trabajo, como la cultura ya lo ha demostrado, generador de empleo, inclusión social e identidad. Eso es irrenunciable en un Estado; sobre todo democratizar esa posibilidad, esa igualdad de oportunidades para todos, para que la cultura se siga creando, para demostrar al mismo tiempo que no solamente esa identidad es necesaria, congrega, integra, sino que también tiene resultados económicos.
En ese sentido, ¿qué reflexión le merece este foro?
Ruiz: Estoy emocionado de que estemos hablando de las mismas cosas; me llamó la atención cómo el gobierno de Salta abre el juego absolutamente para todos los que quieran, no elige a dedo, no dice vamos a hacer un congreso y trae a diez expertos, sino que lo abre a todos, y esa es la manera de hacerlo. Porque de la cultura somos dueños todos; esto no es elitista, esto no es para señoras que van a tomar el té y escuchan música clásica; esto es otra cosa. Dudo mucho que en otra época se viera esto de otra manera. Cuando se pueden ver las fotos de Jaime Dávalos y del Cuchi Leguizamón y algunos otros tomándose un vino en Balderrama, para mí eso es mucho más cultura que lo demás. Otra expresión de la cultura son los pueblos originarios, son las artesanías, son sus modos de vida, y eso es lo que hay que rescatar por un lado; y por el otro lado, acompañar y crear y hacer cultura. Y este foro está pensado de esa manera.
Me gustó mucho el sentido de organización que están teniendo, porque los están haciendo con planes estratégicos y, por otro lado, la total libertad que quieren darse para que todo el mundo contribuya. Han elegido ese camino que es mucho más fácil, aunque la mayoría de la gente evita los caminos fáciles en el sentido de que hablen todos. Si hablan todos se enriquece el diálogo, el resultado siempre es mejor, porque es más rico.
Usted conoce bien la región, ¿cómo ve los esfuerzos de integración, donde la cultura juega un papel fundamental?
Ruiz: Está todo mucho más abierto. Por un lado, existe lo que ya todo sabemos, una concentración de medios que tienden a la uniformidad. Pero por el otro lado, en todos los lugares que visito del interior me voy asombrando de la capacidad para rescatar y reinventarse y volver a crear una identidad que se está haciendo todos los días y que de alguna manera rechaza esa chatura y esa uniformidad de los medios. La cultura es eso.
Se trata, si se permite el término, de una pulsión de la identidad.
Ruiz: Exactamente. Es algo que he debatido varias veces; a comienzos de los ochenta, cuando se venía la globalización, el gran temor era que la globalización pasara por encima de todas las culturas. Y afortunadamente, el humano, que tendrá muchos defectos pero por otro lado de vez en cuando nos sorprende con algo, sobre todo en los momentos más difíciles, en ese momento reaccionó de alguna manera conservando sus identidades y reafirmándolas. Lo cual hace tener esa esperanza que un movimiento, por grande que sea y que quiera uniformar, siempre hay una respuesta del individuo como autoafirmación y como seguridad interior. Al fin y al cabo, la cultura es exactamente la diversidad, y ésta es lo que permite al ser humano ser uno, adaptarse a las condiciones de cada región, contribuir a la humanidad.
Entrevista a Roberto Ruiz, subsecretario de Industrias Culturales de la Nación
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