La cerámica: oficio y modo de vida

El arte de hacer cerámica trascendió miles de años  a través de que sus creadores utilizaron diversas técnicas para crear objetos en los dejaron plasmados la cultura a la que pertenecían. Con el correr del tiempo este oficio todavía despierta misterio. “La cerámica posee un carácter mágico, porque se produce de la transformación de un pedazo de tierra; desde que se elije el material hasta que llega al horno, la magia está presente”, así lo definió Rafael Bonorino, uno de los ceramistas disertantes que participó de la charla Artesanos de oficio, en el marco de la muestra Tu arte Artesano, que convocó a ceramistas destacados de la provincia. Entre los que participaron de la charla también estuvieron los ceramistas Ángel Ovejero, Osvaldo Cassina y José Luis Saporiti como curador de la muestra, entre los que abordaron la cerámica como experiencia de vida. Destacados ceramistas en SaltaHacer cerámica es el trabajo que se realiza sobre la arcilla y que posteriormente se cuece al horno y no sólo incluye la cerámica utlitaria sino también piezas artísticas como la escultura. Así estuvieron presentes en la muestra con sus trabajos, Eduardo Mendoza, Hugo Nadalino, Emilio Haro Galli, Ramón Kutipa y “Cotete” Copa, como destacados en este oficio en el ámbito local.

Aunque llevan casi 25 años de trayectoria en el oficio, los ceramistas invitados dieron su testimonio de cómo conocieron la cerámica. Rafael Bonorino recordó: “Hace 25 años viajando, estaba en Perú y me enteré que daban unos talleres artísticos y comencé con telar. No era muy habilidoso, asique vi unas personas haciendo cerámica en el torno y me invitaron a probar, me subí al torno y de ahí nunca más me bajé”. El  cordobés “colo” Cassina estuvo conectado con el mundo de la cerámica desde los 14 años y en el año1975 llegó a Salta desde La Plata, año en que se dedicó de lleno a esta actividad. Mientras que el salteño Ángel Ovejero oriundo de Rosario de la Frontera  recordó “llegué a Salta a los 22 años con el objetivo de estudiar música pero fracasé. Un día Hugo Nadalino me invitó a trabajar en su taller de cerámica y luego de conocer la arcilla sentí que quería hacer eso por el resto de mi vida”.

Aunque en estos tiempos existe un resurgimiento de la actividad y también de sus creadores, se recordó con añoranza los años setenta en donde las muestras de trabajos de cerámica abundaban y los locales comerciales como El Antigal, El Erquencho, Amaycha, Supay, Yuchay que vendían sus creaciones eran numerosos.

También se hizo mención a la línea invisible pero presente que distingue a artesanos y ceramistas, cerámica urbana y tradicional, o del interior, etc. que con el correr de los tiempos se modificó en torno a los cambios para el enriquecimiento de la actividad.  Sobre ello Ángel Ovejero se refirió diciendo, “la frontera es inexistente porque es encasillar el trabajo en categorías fijas, eso  sirve para el estudio, para el análisis, pero sabemos que las categorías siempre son incompletas e inexactas”.  Así mismo el curador de  la muestra, José Luis Saporiti expresó: “la idea de esta muestra es romper con ese anquilosamiento lineal porque  los tiempos cambian, la tradición es algo vivo y la actividad continúa amoldándose a eso cambios. Ante todo esa clasificación podrían devenir de la relación arte/artista, que surgió hace muchos años en occidente”.

Aunque el oficio de ser ceramista es la viva expresión de que el oficio no debe perderse en la formación de los ciudadanos, los  disertantes  de esta charla coincidieron en que aún  queda mucho trabajo por hacer, entre ello conseguir el marco legal de contención para  artesanos, creación de centros educativos en los que se enseñe este tipo de oficios y mayor cantidad de espacios para mostrar sus trabajos.