
El Nobel, dotado con ocho millones de coronas este año, ha reconocido la contribución de estos dos investigadores a los experimentos que demuestran que estas partículas elementales cambian de identidad, un descubrimiento que ha cambiado nuestros conocimientos sobre cómo funciona la materia, según explica la Academia Sueca, y que ha supuesto un hallazgo histórico para la física de partículas.
El descubrimiento fue realizado en dos partes. Mientras que Kajita estudió muy de cerca las propiedades de los neutrinos electrónicos y muónicos provenientes de las partículas cósmicas, gracias al Super-Kamiokande, el enorme detector de neutrinos, Donald estudió los neutrinos terrestres.
El Subdury Neutrino Observatory es la instalación canadiense que se encargó de estudiar agua pesada con la cual comprobar las características de los neutrinos independientemente de su sabor.