
Como ilustra esta fotografía, publicada por el diario El Tribuno de Salta, no todo ha sido una explosión de fe y seguridad sanitaria en la procesión alternativa, como eufóricamente lo anunció el gobernador Gustavo Sáenz.
Hubo quienes siguieron el paso de las imágenes montados en motos y scooters, unos con barbijos, otros a cara descubierta; unos con casco y otros sin él.
Pero lo llamativo es que así como la fe mueve montañas, también mueve a algunas familias a montar a tres de sus miembros en una minúscula moto y sin casco. En condiciones no-procesionales tal conducta habría sido severamente castigada por la autoridad.
Ahora que los fiscales de Salta, que disparan a todo lo que se mueve y que no necesitan para actuar ninguna denuncia, es razonable preguntarse si actuarán de oficio ante esta tan peculiar manifestación de inseguridad vial.
Si al final los fiscales se deciden a investigar el asunto, correspondería exonerar de responsabilidad a los presuntos y aparentes infractores a condición de que dejen en consigna fiscal esa bella réplica de las Sagradas Imágenes montada sobre una caja de zapatos, en la que no faltan los claveles rojos y blancos.
Como decía el pai Olmedo: «Y... Si no me tienen fe...»