
La votación (393 votos afirmativos contra 225 negativos) ha sido posible, entre otras cosas, por el cambio de postura de la Canciller, quien a pesar de haber votado hoy en contra de la proposición de ley, días pasados había flexibilizado su postura en relación con la cuestión del matrimonio homosexual y también con la posibilidad de permitir a las parejas del mismo sexo adoptar niños.
Se espera que la nueva ley entre en vigor en Alemania antes de finales de este año. Cuando ello suceda, el país más poderoso de Europa se habrá convertido en la nación número 24 en legalizarlo. Países como Austria, Italia, Grecia y los países del resto de Europa niegan a hacerlo.
Tras conocerse el resultado, Merkel ha dicho que espera que la votación de hoy «no solo promueva el respeto a distintas opiniones sino que también traiga mayor cohesión social y paz».
En Alemania, las asociaciones de derechos civiles han celebrado la decisión del parlamento, y califican a la nueva ley de hito histórico que inspirará aún más los cambios para las personas «LGTB+» (unas siglas ingeniosas que ahorrarían mucha tinta y confusiones en Salta).
Las uniones civiles de personas del mismo sexo estaban permitidas legalmente en Alemania desde 2001, pero los colectivos partidarios del matrimonio sostienen que las uniones no confieren plena igualdad jurídica.
Permanece en este país, como tema pendiente, la posibilidad de adoptar por parte de las parejas del mismo sexo.