Urtubey y la 'declamación' de la lucha contra la pobreza

El Gobernador de Salta ha dicho ayer que su gobierno no declama la lucha contra la pobreza sino que trabaja todos los días frente a ella. Se trata de una afirmación sumamente discutible, dicho sea con el mayor respeto del mundo.

Lo es por varios motivos, pero -prescindiendo de otras consideraciones políticas y sociológicas de mayor calado- este comentario intentará revisar, sucintamente por supuesto, los aspectos lingüísticos de la expresión.

Para empezar, es casi obligado remarcar el hecho de que se puede «declamar» y «trabajar» (sobre lo declamado) al mismo tiempo, ya que no son dos acciones incompatibles que se excluyan entre sí, como masticar chicle y caminar por la calle, por ejemplo.

Casi tan obligado como lo anterior es referise al significado del verbo «declamar», que en su primera acepción -la más simple- no describe una acción más compleja que «hablar en público».

Pensamos que el Gobernador, en su limitado arsenal dialéctico, halló y escogió la palabra equivocada, pues debió haber dicho cacarear (que significa «ponderar o alabar exageradamente algo, especialmente propio»), y no declamar. Porque ¿tenemos que entender que Urtubey nunca habló en público sobre la pobreza? Lo veremos más adelante.

Lo importante por ahora es retener que el verbo «declamar» tiene tres significados más, a cuál de ellos más importante.

El primero (2ª acepción del DLE) no es muy positivo que digamos: «Hablar con el fin de ejercitarse en las reglas de la retórica, casi siempre sobre asunto fingido o supuesto». Es importante lo de la «retórica» (teoría de la composición literaria y de la expresión hablada), pero más importante es lo de «casi siempre», pues el que declama, no siempre finge o disfraza sus palabras: a veces declama sobre realidades.

El segundo (3ª acepción del DLE) es un poco fuerte: «Hablar con demasiado calor y vehemencia, y particularmente hacer alguna invectiva con aspereza». ¿Alguna vez Urtubey ha declamado? Lo veremos un poco más adelante.

El tercero (4ª acepción del DLE) es más específico del arte: «Recitar la prosa o el verso con entonación, ademanes y gestos adecuados».

Es evidente, por tanto, que si de declamar la lucha contra la pobreza hablamos, hay que centrarse en los tres primeros significados y desechar el cuarto, pues aunque el Gobernador de Salta es un consumado artista de la pantalla chica y lo suyo parece ser el «verso», no hay un objetivo estético en su cuidada profusión de ademanes mediáticos.

Excluida la cuarta acepción, no queda más remedio que concluir en que Urtubey miente respecto del primero de los significados de «declamar», porque no han sido muchas sino muchísimas las veces ha hablado en público sobre el tema. Si esto no es «declamar», que venga Dios y lo vea.

Y no queda otra salida que decir que Urtubey miente respecto del segundo significado, puesto que en la mayoría de sus discursos populistas ha esgrimido la lucha contra la pobreza (la empatía con los pobres y la conmiseración) como recursos retóricos, generalmente vacíos, ya que sus políticas nunca se han correspondido con sus palabras. Es decir, que ha «declamado» logros y conquistas que nunca han existido. Y hasta podríamos decir en este punto que el tema de la pobreza (especialmente la que sufren los niños) no se le cae de la boca, así como de la cabeza no se le cae ninguna idea sobre el tema.

Y para que veamos hasta qué punto Urtubey miente sobre el tercer significado de la palabra, bastará con volver a echar a rodar este vídeo oficial, en donde se ve al Gobernador dirige un discurso acre y hasta violento, hablando «con demasiado calor y vehemencia», como señala el Diccionario.