
El día 17 de febrero se celebra el Día Internacional del Juego Responsable, con el objetivo de fortalecer los buenos hábitos en el juego, fortalecer los valores éticos del juego y luchar contra los problemas generados de un mal uso (o abuso) de los juegos.
Durante las últimas décadas la afición por el juego en casinos, máquinas tragamonedas y salones de juego ha aumentado considerablemente atrayendo sobre todo a los más jóvenes.
En 2008, la European Gambling and Betting Association (EGBA) propuso este día para concienciar a toda la población sobre sus peligrosos efectos tanto económicos como en calidad de salud mental. El foco se centra en Iberoamérica, donde la pasión por los deportes, y por ende, de las apuestas, es mayor.
El juego responsable consiste en la elección racional y sensata de las opciones de juego, que tenga en cuenta la situación y circunstancias personales del jugador, impidiendo que el juego se pueda convertir en un problema.
Asimismo, implica una decisión informada y educada por parte de los consumidores con el único objetivo del entretenimiento, la distracción y en el cual el valor de lo jugado no supera nunca lo que el individuo se puede permitir.
Aunque no existen estadísticas oficiales al respecto, se estima que entre el 1% y el 3% de la población mundial es adicta al juego, de los cuales entre 5 y 20 millones de personas viven en Iberoamérica.