Las alas doradas de Macedo

La política de Salta tiene una nueva libélula de oro y se llama Isabel Macedo. La actriz -novia oficial del Gobernador de la Provincia- ha estrenado el pasado fin de semana el cargo oficioso de Primera Dama provincial, al acudir junto al mandatario al recital de Ricky Martin y hacerse unas fotos, no exentas de glamour, en la residencia oficial de Finca Las Costas.

El despliegue de Macedo por esta polvorienta frontera de pioneros y cowboys, no ha estado exenta de polémica, ya que en su afán por justificar los abusos del poder y los excesos de la imagen, el aparato formal del gobierno de Salta, a cuyo comando se hallan voluntariosos sparrings, ha debido salir a responder, por los canales y con el estilo que le es propio, a las acusaciones que algunos medios de comunicación formularon por la presunta utilización privada de los bienes públicos, por parte del señor Gobernador y su entorno.

A poco menos de 24 horas de que Macedo abandonara esta tierra de promisión para volver al iluminado asfalto de la periferia norte de la ciudad de Buenos Aires, no está muy claro todavía si la actriz llegó a Salta en un «vuelo sanitario» (besar al Gobernador en público puede ser considerado, a efectos aeronavegables, como un acto humanitario, de cristiana abnegación) o si lo hizo en un vuelo regular de línea, con billete pagado por su tarjeta de crédito personal, o pagado, quizá, por la Tesorería General de la Provincia.

Ninguno de estos extremos fue aclarado por el sagaz equipo de comunicación gubernamental. Antes, al contrario, lo que se ha podido hacer es difundir una foto de la «feliz pareja», compartiendo una piña colada en el baratísimo, aunque solitario, bar del Aeropuerto Martín Miguel de Güemes.

Nadie ha podido saber si Macedo se ha embarcado en un vuelo normal de Andes o si lo ha hecho en el avión medicalizado del Estado provincial, aunque hay quien sostiene que quien debió embarcar en esta aeronave pública es el Gobernador, quien después de la visita de la actriz quedó un poco bajo de potasio.

Tampoco se ha podido establecer con claridad qué título de transporte utilizó Macedo para sortear los controles y acceder, en definitiva, a su asiento. Hermético, cuando fue preguntado sobre el particular, el Gobernador respondió: «Yo solo hablo de política».

En este ancho concepto de «política» se inscribe la frase: «Estamos muy enamorados», pronunciada de viva voz por el endulzado mandatario, momentos antes de conceder una exclusiva a una conocida revista de la farándula porteña.

Lo importante, tanto para la política como para la prensa del corazón, es que la relación va viento en popa. Y que los vientos coinciden con los que sacuden las alas metálicas y los timones de cola del avión que lleva y trae a la actriz de sus quehaceres.

Es para que los salteños revienten de orgullo. ¿O no?