A los 83 años fallece en Salta Pedro González, director de la revista Claves

El destacado intelectual y dirigente peronista ha fallecido ayer en Salta. Deja tras de sí una extensa trayectoria de más de medio siglo en la vida política y cultural de la Provincia.

Desde comienzos de los años 90 y hasta su muerte, Pedro González dirigió el semanario Claves, una publicación periódica en papel, de gran mérito, que marcó una época en Salta y que se caracterizó por el pluralismo de opinión, la selección de las plumas y la calidad de sus artículos.

Nacido en Buenos Aires, Pedro González se afincó en Salta a comienzos de los años sesenta, una época singularmente convulsa en la política lugareña. Pronto comenzó a destacar en las filas del peronismo, llegando en 1972 a integrar la lista de diputados nacionales propuesta por el sector mayoritario del congreso partidario. A última hora, González cedió su puesto a Julio Mera Figueroa, quien finalmente resultó electo en los comicios del 11 de marzo de 1973.

Pedro González fue uno de los líderes del mítico grupo Reconquista, un sector del peronismo salteño integrado por jóvenes intelectuales y profesionales que, por su influencia y su carácter, rápidamente sería etiquetado por las fuerzas reaccionarias como la «derecha peronista», sin reparar en su configuración plural, su vivacidad interna y su amplia base popular.

En Reconquista y antes de su escisión, Pedro González defendió al gobierno constitucional de Isabel Perón frente a las fuerzas disgregadoras de izquierda y de derecha, en su mayoría violentas, que pugnaban entonces por abatirlo. Durante la dictadura militar, González participó activamente en los grupos semiclandestinos que abogaban desde la política por un pronto regreso a la normalidad constitucional y trabajó activamente por la reorganización del peronismo en democracia.

Entre 1976 y 1985 Pedro González fue uno de los pilares del grupo Coalición del Interior, cuyo liderazgo ejerció hasta su muerte (1991) el dirigente metanense Carlos Alberto Caro, quien llegó a contar con González como candidato a senador nacional.

Su cercanía, ocasional y casi anecdótica, con algunos grupos radicalizados de la derecha le valió a Pedro González y a su entorno una dura descalificación de la izquierda intolerante vernácula, así como del reproche corrosivo la derecha peronista, representada entonces por un sector ultraconservador de la Lista Azul y Blanca. Estos ataque no consiguieron, sin embargo, mermar su prestigio y su ascendencia sobre nuevas generaciones de peronistas y pensadores.

La vida política e intelectual de Pedro González es una de las claves para desentrañar el complejo mapa político provincial de los últimos 50 años. Su amplitud ideológica derribó mitos y arrinconó a quienes, aun hoy, siguen practicando la entomología política y etiquetando a los principales dirigentes y a las corrientes más importantes con rótulos cada vez más minúsculos.

La muerte de González constituye, por encima de cualquier diferencia ideológica, una pérdida sensible para Salta y para los sectores que han venido apostando desde hace décadas por la moderación y la tolerancia.