
Si bien los orígenes exactos de COVID-19 aún no se han confirmado, los investigadores conocen bien el vínculo entre el daño ambiental y las pandemias. Pero hay otro grupo de expertos que se han estado preocupando por la amenaza de una pandemia incluso antes de COVID-19: los pueblos indígenas. Gracias a sus conocimientos tradicionales y su relación con el mundo natural, saben desde hace tiempo que la degradación del medio ambiente tiene el potencial de desencadenar enfermedades.
A medida que luchamos contra la propagación de la pandemia, es más importante que nunca salvaguardar a estos pueblos y sus conocimientos. Sus territorios albergan el 80% de la biodiversidad del mundo y pueden enseñarnos mucho sobre cómo reequilibrar nuestra relación con la naturaleza y reducir el riesgo de futuras pandemias.
Además, los pueblos indígenas están buscando sus propias soluciones a esta pandemia. Están tomando medidas y utilizando los conocimientos y prácticas tradicionales, como el aislamiento voluntario y el cercamiento de sus territorios, así como medidas preventivas, difundidas y abordadas en sus propias lenguas.
COVID-19 y la resiliencia de los pueblos indígenas
Una vez más, nos muestran su capacidad de readaptación. Es por ello que el tema de este año con motivo de la celebración de su Día Internacional es "COVID-19 y la resiliencia de los pueblos indígenas" , ocasión para la cual preparan un evento especial que incluirá un panel de discusión sobre las formas innovadoras en que los pueblos indígenas continúan demostrando resistencia y fortaleza frente a la pandemia mientras se enfrentan a graves amenazas contra su supervivencia.Sus retos son nuestros retos
Las comunidades indígenas se enfrentan a una serie de desafíos de base, y la desafortunada realidad es que los efectos de la pandemia de COVID-19 empeoran aún más estos problemas.Estos pueblos experimentan un acceso deficiente a la atención sanitaria, tasas significativamente más altas de enfermedades transmisibles y no transmisibles, falta de acceso a servicios esenciales, saneamiento y otras medidas preventivas clave, como agua limpia, jabón, desinfectante, etc. Asimismo, la mayoría de las instalaciones médicas locales cercanas, si es que las hay, suelen estar mal equipadas y carecen de personal. Incluso cuando los pueblos indígenas pueden acceder a los servicios de salud, pueden enfrentarse al estigma y la discriminación. Un factor clave es asegurar que en esas instalaciones se presten servicios en lenguas indígenas y, según proceda, en función de la situación específica de los pueblos indígenas.
Los estilos de vida tradicionales de los pueblos indígenas son una fuente de resiliencia, pero este momento pueden representar una amenaza para evitar la propagación del virus.? Por ejemplo, la mayoría de los pueblos indígenas organizan periódicamente grandes reuniones tradicionales en sus comunidades para conmemorar acontecimientos especiales como, cosechas, ceremonias de llegada a la mayoría de edad, etc. Algunas familias indígenas también viven en viviendas multigeneracionales, lo que les pone en peligro, especialmente a los ancianos.
Además, los pueblos indígenas que ya se afrontan a la inseguridad alimentaria, como resultado de la pérdida de sus tierras y territorios tradicionales, se enfrentan a retos aún más graves en el acceso a los alimentos. Con la pérdida de sus medios de vida tradicionales, que a menudo se basan en la tierra, muchos pueblos indígenas que trabajan en ocupaciones tradicionales y economías de subsistencia, o en el sector no estructurado se verán afectados negativamente por la pandemia. La situación de las mujeres indígenas, que suelen ser las principales proveedoras de alimentos y nutrición para sus familias, es aún más grave.
Para dar a conocer las necesidades de estos grupos de población, cada 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Especialmente ahora, nos necesitan. Especialmente ahora, realmente los necesitamos.
¿Sabías que...?
- Más del 86% de las personas indígenas de todo el mundo, en comparación con el 66% de sus homólogos no indígenas, trabajan en la economía informal.- Además, tienen casi tres veces más probabilidades de vivir en condiciones de extrema pobreza que sus homólogos no indígenas.
- El 47% de todas las personas indígenas que trabajan no tienen educación, frente al 17 por ciento de sus homólogos no indígenas. Esta brecha es aún mayor en el caso de las mujeres.
Mensaje del Secretario General
El COVID-19 ha afectado terriblemente a más de 476 millones de indígenas en todo el mundo.A lo largo de la historia, los pueblos indígenas han sido diezmados por enfermedades traídas de otros lugares, frente a las que no tenían inmunidad.
Es fundamental que los países reúnan los recursos precisos para responder a las necesidades de esos pueblos, honrar sus contribuciones y respetar sus derechos inalienables.
Antes de la pandemia actual, los pueblos indígenas ya hacían frente a situaciones arraigadas de desigualdad, estigmatización y discriminación.
El acceso insuficiente a la atención de la salud, el agua limpia y el saneamiento los hace más vulnerables.
Los pueblos indígenas trabajan principalmente en oficios tradicionales y en economías de subsistencia o en el sector informal.
Todas esas esferas se han visto perjudicadas por la pandemia.
Las mujeres indígenas, que suelen ser las principales encargadas de alimentar y nutrir a sus familias, han sufrido efectos especialmente duros debido al cierre de los mercados de artesanía, productos agrícolas y otros bienes.
También debemos aliviar urgentemente la difícil situación de los niños indígenas que no tienen acceso a oportunidades de aprendizaje virtual.
En todo el mundo, los pueblos indígenas han estado a la vanguardia de la demanda de medidas ambientales y climáticas.
La falta de aplicación de las medidas de protección ambiental durante la crisis ha dado lugar a que mineros y madereros ilegales hayan usurpado extensiones crecientes de territorios de los pueblos indígenas.
Numerosos indígenas han sido víctimas de amenazas y violencia, y muchos han perdido la vida.
Frente a esas amenazas, los pueblos indígenas han demostrado una resiliencia extraordinaria.
Las comunidades indígenas con autonomía para administrar sus tierras, territorios y recursos han mantenido la seguridad alimentaria y han asegurado la atención de la salud mediante los cultivos y la medicina tradicionales.
En Tailandia, el pueblo karén ha recuperado el kroh yee, un ritual ancestral que consiste en cerrar la aldea, para luchar contra la pandemia.
Estrategias similares se han aplicado en otros países de Asia y América Latina, donde las comunidades han cerrado la entrada a sus zonas.
Hacer realidad los derechos de los pueblos indígenas implica garantizar su inclusión y participación en las estrategias de respuesta al COVID-19 y de recuperación posterior.
Se debe consultar a los pueblos indígenas respecto de todas las iniciativas orientadas a reconstruir con más solidez y recuperarnos mejor.
Desde el comienzo de la pandemia mundial, los organismos de las Naciones Unidas han venido trabajando para defender los derechos de los pueblos indígenas.
Hemos estado ayudando a preservar la salud y la seguridad y a proporcionar acceso a medidas de protección social y a oportunidades económicas.
El sistema de las Naciones Unidas sigue decidido a hacer realidad la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y a apuntalar la resiliencia de esos pueblos.
Fuente: Organización de las Naciones Unidas - en https://www.un.org/es/observances/indigenous-day