
El «acompañamiento» de Urtubey ha caído como un baldazo de agua fría, por cuanto de un Gobernador en ejercicio y, más todavía de un candidato a Vicepresidente de la Nación, no se esperaba una declaración tan poco consistente como esta, que deja entrever una tibia simpatía con los que sufren en un segundo plano los corrosivos efectos de esta actividad delictiva pero nada dice acerca de las víctimas y mucho menos de la actitud de un gobierno formalmente constituido contra las mafias que trafican personas.
«Urtubey se ha olvidado de las víctimas y ha saludado solo a los familiares y a las organizaciones, como si estos fuesen más importantes que las propias víctimas», ha dicho una mujer que aseguró hablar en nombre de familiares contra la impunidad.
Quienes han leído el sorprendente y oportunista tuit de Urtubey se preguntan dos cosas: 1) ¿En qué consiste el acompañamiento? y 2) Si tal acompañamiento es personal del candidato o si de alguna manera expresa el parecer del gobierno que dirige, toda vez que Urtubey ha dicho repetidamente que la cuenta de Twitter @UrtubeyJM es suya personal.
Hasta ahora, el famoso «acompañamiento» del gobierno no es otra cosa más importante que la invitación de sentarse a conversar cada tanto para escuchar las cuitas de los que sufren, sin que el gobierno parezca capacitado para dar ninguna respuesta, ni en el plano de las políticas de lucha contra la criminalidad organizada, ni en el plano de la asistencia social.
Dicho en otros términos, que Urtubey se limita a «acompañar el sentimiento», como en algunos sepelios, pero no adopta ninguna decisión ni muestra una especial aptitud para conjurar esta patología social que tiene una particular prevalencia en la Provincia de Salta.
«El acompañamiento le sirve al gobierno, para dar a entender que está con nosotras, pero a nosotras no nos sirve nada más que para ir a tomar café de vez en cuando», dice la misma portavoz, indignada con lo que considera «una mera pose» de un candidato sediento de popularidad, pero que poco o nada ha hecho para evitar que las mafias instaladas en su provincia trafiquen con seres humanos.
