
El 23 de diciembre de 2003, la Asamblea General aprobó la resolución A/RES/58/234, en la que declaraba el día 7 de abril de 2004 Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio cometido en Rwanda. En la resolución se "alienta a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales competentes, así como a las organizaciones de la sociedad civil, a que observen el Día Internacional con actos y actividades especiales en memoria de las víctimas del genocidio". En ella se hace también un llamamiento a todos los Estados para que actúen de conformidad con la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, a fin de que no vuelvan a repetirse acontecimientos como los ocurridos en Rwanda en 1994.
El Gobierno de Rwanda ha pedido que, como parte de la conmemoración mundial del Día Internacional se observe un minuto de silencio a las 12 del mediodía de los distintos husos horarios. En la Conferencia en Memoria del Genocidio de Rwanda, organizada por los Gobiernos del Canadá y de Rwanda en las Naciones Unidas, Nueva York, el 26 de marzo de 2004, el Secretario General señaló que "ese minuto de silencio encierra el potencial de unir al mundo, aunque no sea más que por un momento, en torno de la idea de la solidaridad mundial ... Quisiera instar a todos los seres humanos de todas partes, cualquiera sea su situación en la vida, vivan en ciudades extremadamente pobladas o en zonas rurales remotas, que, al llegar las 12 del mediodía de la fecha indicada, dejen de lado la labor que les ocupe y hagan una pausa para recordar las víctimas. Unámonos como no lo hicimos hace diez años, y que con nuestra acción de un solo minuto, enviemos un mensaje de remordimiento por el pasado y de resolución de prevenir toda repetición de esa tragedia en el futuro que perdure muchos años".
Definición de genocidio
En la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, se define éste como cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso: matanza de miembros del grupo; lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; y traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.Información general sobre el genocidio
En 1994, 800.000 rwandeses fueron asesinados por sus compatriotas, en la mayoría de los casos únicamente por pertenecer a un grupo étnico determinado. La matanza comenzó el 7 de abril de 1994, un día después de que un avión en que viajaban los Presidentes de Rwanda y Burundi fue derribado por un misil cuando se alistaba a aterrizar en Kigali. La matanza sistemática de hombres, mujeres y niños durante aproximadamente 100 días, entre abril y julio de 1994, se perpetró a plena vista y paciencia de la comunidad internacional. Se cometieron atrocidades sin nombre en que participaron no sólo las milicias y las fuerzas armadas, sino también civiles que se ensañaron con otros civiles.El genocidio fue organizado detalladamente por, entre otros, altos funcionarios del Gobierno y dirigentes del partido en el poder. Antes de que se iniciara el genocidio propiamente dicho, se prepararon listas de los tutsis y dirigentes de la oposición que habrían de ser asesinados. Diversos medios de información que preconizaban el odio también contribuyeron a que se condonara la matanza y se participara en ella. Por consiguiente, los principales asesinos no fueron turbas sin rostro, sino individuos identificables que pueden llevarse ante la justicia.
Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio cometido en 1994 en Rwanda
Hoy recordamos a todos aquellos que perecieron en el genocidio en Rwanda hace 23 años.Más de 800.000 personas fueron sistemáticamente asesinadas en todo el país, en su gran mayoría tutsis, junto con hutus moderados, twas y otros.
Hoy también honramos la memoria de los que sobrevivieron. Reconocemos su dolor y su valentía, y también la lucha que siguen sosteniendo. La resistencia de los supervivientes y su capacidad de reconciliación son una fuente de inspiración para todos nosotros.
La única manera de honrar verdaderamente la memoria de quienes murieron en Rwanda es asegurar que esos hechos no vuelvan a ocurrir. La prevención del genocidio y de otros crímenes monstruosos es una responsabilidad común y un deber fundamental de las Naciones Unidas.
El mundo debe estar siempre atento ante las señales de alerta de genocidio, y actuar de manera rápida y pronta contra esa amenaza.
La historia está llena de trágicos capítulos de odio, inacción e indiferencia, un ciclo que ha dado lugar a actos de violencia, detenciones y campos de exterminio.
Tan solo el siglo pasado mostró, una y otra vez, que el veneno de la intolerancia sigue permeando nuestras sociedades.
Incluso hoy, las personas de minorías y otros grupos sufren ataques y explotación por ser quienes son.
Aprendamos de las lecciones de Rwanda y trabajemos juntos para construir un futuro en el que reinen la dignidad, la tolerancia y el respeto por los derechos humanos de todas las personas.
Fuente: Organización de las Naciones Unidas.