Se celebra hoy el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina

La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos consistentes en alterar o dañar los órganos genitales femeninos por razones que nada tienen que ver con decisiones médicas, y es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas.

Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación contra mujeres y niñas. La práctica viola sus derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.

Para abandonar la práctica de la mutilación genital femenina, es necesario realizar esfuerzos sistemáticos y coordinados que involucren a las comunidades enteras, que se enfoquen en los derechos humanos y en la igualdad de género. Estos esfuerzos deben hacer hincapié en el diálogo social y en el empoderamiento de las comunidades para actuar colectivamente y poner fin a la práctica. También deben atenderse las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres y niñas que sufren sus consecuencias.

El UNFPA y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), han liderado conjuntamente el mayor programa a escala mundial para acelerar la eliminación de la mutilación genital femenina. El programa se centra actualmente en 17 países de África y también es compatible con las iniciativas regionales y globales.

El tema de 2017 es «Construir un puente sólido e interactivo entre África y el mundo para acelerar la erradicación de la mutilación genital femenina antes del 2030»

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) colabora con gobiernos, socios y otras agencias de la ONU para hacer frente directamente muchos de estos objetivos (en particular el objetivo 3 sobre la salud, el 4 sobre la educación y el 5 sobre la igualdad de género) y contribuye en diversas formas para lograr muchos de los demás objetivos.

Datos relevantes

- A nivel mundial, se calcula que hay al menos 200 millones de niñas y mujeres mutiladas.

- En la actualidad, cada año se le mutilan los genitales a tres millones de niñas.

- 44 millones de niñas menores de 14 años han sufrido la ablación, principalmente en Gambia (un 56%), Mauritania (54%) e Indonesia, donde alrededor de la mitad de las niñas de 11 años han padecido esta práctica.

- Los países con la prevalencia más alta entre mujeres y niñas entre 15 y 49 años son Somalia (58%), Guinea (97%) y Djibouti (93%).

- Si la tendencia actual continúa, para 2030 aproximadamente 86 millones de niñas en todo el mundo sufrirán algún tipo de mutilación genital.

- La mutilación genital femenina se practica en niñas en algún momento de sus vidas entre la infancia y la adolescencia.

- La mutilación genital femenina es causa de hemorragias graves y otros problemas de salud tales como quistes, infecciones e infertilidad, así como complicaciones en el parto y un mayor riesgo de muerte de recién nacidos.

- La mutilación genital femenina es una violación de los derechos humanos de las niñas y las mujeres.

- Establecidos en 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen la erradicación de la mutilación genital femenina antes del 2030 en el Objetivo 5, dedicado a la igualdad de género - Meta 5.3: Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina.

- Varias organizaciones intergubernamentales —entre otras, la Unión Africana, la Unión Europea y la Organización de Cooperación Islámica— y tres resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas han pedido la eliminación de la mutilación genital femenina.

Declaración de ONU Mujeres

Aunque se ha producido un descenso generalizado en la prevalencia de la mutilación genital femenina en varios países, es probable que este progreso se vea contrarrestado por el rápido crecimiento de la población en los países donde se produce la mutilación genital femenina, a no ser que, a la vista de las investigaciones recientes, renovemos y redoblemos urgentemente los esfuerzos para erradicar esta práctica.

Un informe de 2016 del Secretario General de las Naciones Unidas pone de manifiesto que el factor que por sí solo más influye en la persistencia de la mutilación genital femenina es el deseo de lograr aceptación social y evitar el estigma social. Las normas, las costumbres y los valores sociales que permiten la mutilación genital femenina presentan múltiples facetas, varían de un país a otro e incluso entre comunidades, y pueden cambiar con el paso del tiempo. Esto supone un complejo desafío para todas las personas implicadas en el esfuerzo de poner fin a la mutilación genital femenina.

En Egipto ha quedado demostrada la importancia de la educación para abordar las normas sociales negativas. En este país, la reducción del riesgo de que las niñas sufran mutilación genital femenina se ha asociado tanto al nivel educativo de sus madres como al de otras mujeres de sus comunidades.

Hemos sido testigos de la forma en que los influyentes testimonios personales y la defensa de intereses por parte de activistas como Jaha Dukureh en Gambia pueden incrementar el conocimiento por parte de las comunidades locales de lo que está en juego, así como su potencial para amplificar las voces de un movimiento creciente que exige a los líderes que pongan fin a esta práctica.

La recogida y el análisis de datos son fundamentales para adaptar mejor nuestras intervenciones en función de los factores específicos asociados a esta práctica a escala mundial. Además de los estudios que se realizan en África, es necesario que se realicen en otras regiones, puesto que la mutilación genital femenina también se practica habitualmente en América Latina, Asia Sudoriental y en algunas zonas de Oriente Medio, y ahora también ha llegado a los Estados Unidos y al Reino Unido. Debemos prestar más atención a los riesgos vinculados a la migración y al mayor movimiento transfronterizo. Las mujeres y las niñas siguen siendo extremadamente vulnerables, incluso en países que no suelen asociarse a la práctica de la mutilación genital femenina, si las familias migrantes conservan esta práctica.

Cada vez son más los países con competencia extraterritorial sobre los ciudadanos que practican mutilaciones genitales femeninas en otras jurisdicciones y exigen responsabilidades a quienes la practican. En Gambia, la adopción de legislación ha creado un entorno propicio para que el Comité Gambiano de Prácticas Tradicionales que Afectan a la Salud de las Mujeres y los Niños ayude a las personas que antes practicaban mutilaciones genitales femeninas a formarse para ganarse la vida de otro modo. También ha empoderado a las mujeres para que desempeñen un papel activo en la protección de otras mujeres y niñas, y ha aumentado la sensibilización en las comunidades sobre los efectos nocivos de la mutilación genital femenina.

Sin embargo, las estructuras legales no son más que una parte de la solución. Deben complementarse con diversas estrategias de prevención, por ejemplo, movilizando a las comunidades e impulsando un cambio en las normas sociales, e implicando a las personas que pueden hacer realidad esos cambios, como los hombres y los niños, la sociedad civil y los líderes religiosos. En Somalia, la red Y-PEER ha contribuido a movilizar a la población joven, incluidos los hombres jóvenes, para hablar de temas delicados, como la mutilación genital femenina.

La mutilación genital femenina está inextricablemente vinculada a otras formas de desigualdad de género, como la violencia contra mujeres y niñas, y a otras prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado. Con el fin de acelerar el proceso para conseguir la erradicación de la mutilación genital femenina, colaboramos con gobiernos, administraciones locales y socios de la sociedad civil para abordar las causas fundamentales que perpetúan las relaciones de desigualdad de poder entre mujeres y hombres. Asimismo, colaboramos en las campañas a largo plazo de otros organismos del sistema de las Naciones Unidas, como UNICEF y UNFPA. Entre todas y todos debemos conseguir que este problema siga siendo una de las prioridades de la agenda de derechos humanos.

Fuente: Organización Mundial de la Salud - en http://www.un.org/es/events/femalegenitalmutilationday/