
El tema del Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas de 2016 es
«Honrando a nuestros héroes». El Día ofrece la oportunidad de rendir homenaje a la inestimable contribución de los cascos azules a la labor de la Organización y honrar la memoria de más de 3.400 efectivos de mantenimiento de la paz que han perdido la vida prestando servicios bajo la bandera de las Naciones Unidas desde 1948, incluidos los 128 que la perdieron el pasado año.
Al día de hoy hay más de 124.000 funcionarios militares, civiles y de policía destacados en 16 operaciones de mantenimiento de la paz en cuatro continentes.
En un mensaje transmitido para conmemorar el Día, el Secretario General Ban Ki-moon ha dicho que
«ponen de manifiesto los mejores atributos de la solidaridad mundial prestando servicios con valentía en entornos peligrosos para llevar seguridad a la población más vulnerable del mundo».
Desde que echaron a andar en 1948, las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz han pasado a ser uno de los principales instrumentos de que se sirve la comunidad internacional para gestionar las crisis complejas que ponen en peligro la seguridad y la paz internacionales. En este período se ha establecido un total de 71 operaciones de mantenimiento de la paz. Más de un millón de funcionarios militares, civiles y de policía han prestado servicios en actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
El último año las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz han encontrado muchas dificultades. Su enfoque ha resultado dinámico y flexible, a raíz de lo cual se ha conseguido proteger a las poblaciones que corrían peligro e impulsar procesos de paz.
En Sudán del Sur más de 200.000 civiles que temían por su vida buscaron refugio en bases de las Naciones Unidas. En la República Centroafricana efectivos de mantenimiento de la paz prestaron apoyo con éxito a la celebración de unas elecciones presidenciales y legislativas históricas que han encarrilado al país, antes muy perturbado, por la vía de la paz y la estabilidad.
En Malí nuestros cascos azules han sufrido grandes pérdidas que, sin embargo, no les han impedido ejercer su mandato. En muchos países los efectivos de mantenimiento de la paz han hecho frente a los problemas de las minas terrestres y los restos explosivos de guerra.
Actualmente las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz reciben de 123 Estados Miembros contribuciones de personal militar y de policía. Esta impresionante cifra es producto de la firme confianza mundial en el valor de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
Aunque el Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas es oficialmente el 29 de mayo, en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York se celebrará el 19 de mayo. El Secretario General presidirá una ceremonia de colocación de una ofrenda floral en memoria de todos los efectivos de mantenimiento de la paz que perdieron la vida prestando servicios bajo la bandera de las Naciones Unidas.
Además, se impondrá póstumamente la Medalla Dag Hammarskjöld a los efectivos de mantenimiento de la paz caídos en servicio en 2015 por la causa de la paz. El Secretario General presidirá la ceremonia inaugural de la imposición de la Medalla Capitán Mbaye Diagne al Valor Excepcional.
Mensaje del Secretario General
La confianza que el mundo deposita en las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz se refleja en el notable crecimiento que estas han tenido en los últimos años, no solo en tamaño sino también en complejidad. Hace 15 años, las Naciones Unidas tenían menos de 40.000 efectivos militares y de policía.
En la actualidad, más de 105.000 efectivos uniformados de 124 países que aportan contingentes y fuerzas de policía prestan servicio bajo la bandera azul, junto con 18.000 funcionarios civiles y voluntarios de las Naciones Unidas, tanto a nivel internacional como nacional. Encarnan la solidaridad mundial en su máxima expresión, prestando servicio con valentía en entornos peligrosos para proteger a algunas de las personas más vulnerables del mundo.
Durante el último año, los “cascos azules” desplegados en 16 operaciones de mantenimiento de la paz en todo el mundo han salvado innumerables vidas, fomentado la paz e insuflado esperanza. En Sudán del Sur, más de 200.000 civiles que temían por su vida buscaron refugio en las bases de las Naciones Unidas. En la República Centroafricana, el personal de paz apoyó con éxito las históricas elecciones presidenciales y legislativas que han encauzado a ese país, aquejado de graves problemas, hacia la paz y la estabilidad.
El personal de paz se ha enfrentado a grupos armados en la región oriental de la República Democrática del Congo y ha promovido el desarme de los excombatientes. En Malí, las fuerzas de paz han sufrido graves pérdidas que no las han disuadido de ejecutar su mandato. En Haití, la policía y los expertos civiles de las Naciones Unidas han ayudado a mitigar la violencia causada por las pandillas. Cuando el ébola atemorizó al mundo, el personal de paz en Liberia veló por la seguridad mientras expertos internacionales contenían la propagación del virus.
En muchos países, el personal de lucha antiminas de las Naciones Unidas ha transformado zonas peligrosas con minas terrestres y restos explosivos de guerra, como municiones en racimo, en lugares aptos para escuelas, hospitales y granjas.
Lamentablemente, a medida que han aumentado el tamaño, la complejidad y los logros de las operaciones de mantenimiento de la paz, también se han incrementado los riesgos que enfrentan. Antes del milenio, unas tres docenas de efectivos de mantenimiento de la paz perdían la vida cada año; en la actualidad, mueren 120 en promedio.
El año pasado, el número de caídos ascendió a 129. Los miembros de esas fuerzas de paz procedían de 50 países y eran efectivos militares y de policía, funcionarios públicos internacionales, voluntarios de las Naciones Unidas y personal nacional. Sus orígenes eran muy variados pero todos compartían el heroísmo y la convicción de que el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas es y debe seguir siendo una fuerza mundial al servicio del bien.
Por ello resulta fundamental poner fin a los preocupantes casos de explotación y abusos sexuales protagonizados por miembros de las fuerzas internacionales desplegadas en zonas problemáticas. He insistido incesantemente en la necesidad de centrar la atención en las víctimas y me ocupo activamente de este grave problema en todas las oportunidades posibles, al tiempo que exhorto a los Estados Miembros, que son los únicos que tienen la facultad de imponer disciplina a sus fuerzas, a que velen por que esos actos tengan severas consecuencias que proporcionen justicia y reparación plenas a las comunidades afectadas.
El año pasado establecí un Grupo Independiente de Alto Nivel encargado de examinar maneras de fortalecer las operaciones de paz de las Naciones Unidas a fin de que respondan mejor a los problemas actuales y futuros. Estamos ajustando las operaciones de paz para que actúen con más rapidez, mayor capacidad de respuesta y más responsabilidad con los países y, más importante aún, con las personas a quienes tenemos el compromiso de servir.
En este Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas, rendimos homenaje a nuestros héroes: al más de un millón de hombres y mujeres que han prestado servicio bajo la bandera de las Naciones Unidas con orgullo, distinción y valor desde el primer despliegue en 1948. Rendimos también nuestro más alto tributo a los más de 3.400 miembros del personal de paz que en este tiempo han perdido la vida en servicio activo.
Siempre estaremos en deuda con ellos. Hoy nos comprometemos a aprovechar plenamente el potencial de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas para marcar el comienzo de un futuro mejor.
Fuente: Organización de las Naciones Unidas - en http://www.un.org/es/events/peacekeepersday/