Amplia condena a las expresiones racistas de Tomás Salvador Rodríguez

El mismo concejal que impulsó y justificó en su día el cambio de nombre de la avenida Virrey Toledo y el que pretendía echar abajo el monumento de la Plazoleta Cuatro Siglos de Salta, ha jurado ayer su nuevo cargo de diputado provincial envuelto en una polémica de singulares características.

Tomás Salvador Rodríguez -que así se llama este buen hombre- ha trascendido a los medios, no por su talento político ni por sus virtudes intelectuales, sino por unas expresiones racistas y profundamente discriminatorias dirigidas, a través de su cuenta de Facebook, a un ciudadano que había anunciado su propósito de votar a Mauricio Macri.

El pasado día 16 de noviembre, el ciudadano Nicolás Mamaní publicaba en su cuenta de Facebook un post en el que dejaba bastante claro que ni el «relato» kirchnerista ni La Cámpora eran santos de su devocionario.

Frente a esta declaración, el señor Rodríguez -entonces ya diputado electo por el Partido Peronista de Salta- reaccionó diciendo: «Nicolas por favor vos sos Mamani no podés votar a Macri... tus ancestros te condenarán...»

Para este patriota de vocación inclusiva y devoción originaria, los apellidos son como una especie de cadenas sociológicas que los individuos arrastran de por vida. La portación del apellido Mamaní representa para Rodríguez, no solo un ancla social sino también una sello de denominación de origen ideológico. Lo mismo pensaba Hitler respecto a una categoría de ciudadanos a los que persiguió hasta el exterminio.

El racismo visceral que contiene esta expresión del diputado Rodríguez ha recibido condenas de todos los colores, en las redes sociales y en medios de comunicación. A muchos les ha parecido increíble que un señor que acaba de estrenar su diploma de representante del pueblo coloque etiquetas a los ciudadanos por el origen de su apellido y que, además, anuncie «venganzas ancestrales».

No todas las personas tienen la mala suerte de llevar un apellido tan poco expresivo como Rodríguez, pero a pocas personas respetuosas de la identidad ajena se les ocurriría encasillar a los Rodríguez (incluso a especímenes como éste) en categorías ideológicas fijas.

Si la Cámara de Diputados de Salta realmente defiende los valores de la convivencia pacífica entre los ciudadanos, si cree en el respeto a la igualdad de todos, sin distinción de orígenes o clases; si de verdad se considera a sí misma como una institución de la república, que rechaza los privilegios y las preeminencias genealógicas, debería ya mismo iniciar un procedimiento para excluir al señor Tomás Salvador Rodríguez de su seno por inhabilidad moral sobreviniente y manifiesta.