Güemes no se mueve

  • Les duró poco la alegría a quienes creyeron que, logrando que el 17 de Junio fuera feriado nacional, la gloria de Güemes rompería el estrecho cerco del culto aldeano y se proyectaría, ya desbocada, sobre el infinito firmamento del complejo universo de la heroicidad.
  • Cuando dos feriados no son más que uno

No hay nada más desdoroso para un prócer con feriado propio que la autoridad competente decida finalmente que su celebración es «móvil»; es decir, que su efectivo disfrute se produzca en otra fecha diferente, por razones meramente «turísticas» o de mercado.


Este es, nada menos, el caso del feriado nacional del 17 de Junio, instituido para recordar por todo lo alto a Martín Miguel de Güemes, que, ahora, por resolución del gobierno federal, se trasladará al día 15 de junio, al menos en el presente año de 2020.

La decisión del gobierno ha sentado como una patada en salva sea la parte en el seno de la intelectualidad salteña comprometida hasta los tuétanos con el marketing histórico posicionador del general gaucho, quien -vale la pena recordar- era hijo de españoles y descendiente de escoceses.

Realmente debe ser para echarse a llorar si uno comprueba que el sueño largamente acariciado de que Güemes se convierta en el Cid Campeador de los valles subandinos se convierte en la pesadilla de ver a nuestro general ejerciendo de mero apéndice de un «fin de semana largo», para solaz de la clase media insolidaria de la Argentina.

Pero no han sido ni los intelectuales emponchados ni los políticos los que han protestado contra la decisión gubernamental, sino que el rechazo ha tenido y tiene como portavoz al presidente de los gauchos de Güemes, que ya ha anunciado que sus huestes van a incumplir la orden del gobierno, mal que les pese a los que adoran a ese poliédrico becerro de oro que se llama «turismo».

Después de casi 200 años de luchar porque el inmóvil gaucho que otea el poniente desde su augusto sitial de piedra se ponga en movimiento de una buena vez, ahora que el gobierno lo declara «móvil» o «movible», los gauchos se encabritan y a garganta pelada anuncian que Güemes es y será siempre 17 y que jamás será 15. ¡Solo a estos porteños ignorantes se les ocurre que un fogón pueda arder la noche del 14!

Por supuesto, los salteños podrán seguir conservando el feriado del 17, pero ya como provincial, como era antes; es decir, cuando Güemes era un prócer respetable per se y no un héroe de diseño cebado a base de pienso legal.

Pero se abre ahora la posibilidad de que los salteños puedan tener un feriado más en el calendario, con la festividad del 15. Si ello ocurriera -y es muy posible que ocurra- el mes de junio será una completo jolgorio en Salta, ya que nadie irá a trabajar cuando le corresponda. Ese día, y para no desentonar, se podría recordar a Macacha, por ejemplo, organizando un concurso infantil de pintado de bigotes en la plazoleta de Villa San Antonio.

Obsérvese que se trata del periodo más frío del año, superior en frescor incluso a las propias vacaciones de invierno, en las que el viento norte y el anticiclón boliviano suelen elevar la columna mercurial por encima de los 30 grados. Estaría muy bien darle a nuestros sufridos empleados públicos la posibilidad de que se queden en casa y no obligarlos a salir a las 6 de mañana, hora a la que más de uno y de una hay que sacarle la escarcha a garrotazos

La Corte de Justicia local, tan activa en materia de acordadas, ya prepara una (la 12865) para crear de la nada una feria judicial de pre-invierno que abarque ya directamente desde el 25 de mayo en adelante, y en la que la mitad de los juzgados y tribunales elegidos solo trabajarán por la tarde de 4 y media a 5 menos cuarto, permitiendo así la celebración de «juicios relámpago». Es, aunque no parezca, una forma de evitar que los fiscales faroleen tanto. Por supuesto, los jueces varones, tan ecuánimes ellos, designarán para toda esta nueva feria y para las que vengan, a la doctora Sandra Bonari, que no parece tener descanso.

Lo que ha hecho en realidad el gobierno kirchnerista es apiadarse de los salteños; o, quizá mejor, conmoverse por su multitudinaria demostración de fe durante el Via Crucis güemesiano que culmina, no en el Gólgota sino en la Quebrada de la Horqueta. Entonces, nuestros paternalistas gobernantes han dicho: «Un solo día no es suficiente para estos salteños tan devotos. Démosles dos».

Esta dualidad ya está clamando a gritos por la erección de otro monumento a Güemes en la zona suroeste de la ciudad, en donde la presencia del héroe gaucho sigue siendo marginal y olvidadiza.

Pero antes de tomar una decisión como esta, no hay que preguntarle a los académicos güemesianos, ni a los legisladores, ni a ningún experto en monumentalidad o urbanismo. Es suficiente con «elevar» la iniciativa al presidente de la Agrupación Tradicionalista, pues si este señor es capaz de ignorar a voluntad las leyes y decretos nacionales según su leal saber y entender, es que quien manda en Salta es él y no el Gobernador de la Provincia.