El futuro sexual de las niñas 'focalizadas' de Salta

  • Los planteamientos espirituales y los enfoques científicos del fundamentalismo religioso que inspiran las políticas del gobierno de Salta serán los responsables de que muchas niñas y adolescentes arruinen sus vidas.
  • Sexo de porcelana
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El doctor Abel Albino ha arrastrado ayer su prestigio por el cenagoso fango parlamentario, al dejar fluir su ideología en desmedro de su ciencia y colocar así en desnuda evidencia a las políticas que él, a través de su fundación, está poniendo en práctica con los niños y niñas pobres de Salta, con la abierta complicidad del gobierno de Juan Manuel Urtubey.


Después de la intervención del religioso médico mendocino en el Senado de la Nación, muchas madres y padres pobres de Salta se preguntan hoy si vale la pena que sus hijos sean «rescatados» de la malnutrición si el precio que tienen que pagar por ello es el desconocimiento de sus derechos sexuales y reproductivos o el adoctrinamiento pseudocientífico, que niega lo que los organismos científicos internacionales no han dudado en certificar con evidencias incontestables.

Las niñas y adolescentes de Salta, privadas de educación sexual e instruidas en los beneficios de la castidad, son candidatas al embarazo prematuro y, por tanto, al aborto clandestino, tal cual están las cosas. Todo, porque el gobierno, junto con unas tablets y un software, ha comprado una cosmovisión integral que coloca en el centro de la vida de los individuos a la represión de sus comportamientos sexuales más espontáneos.

El doctor Albino, sus planteamientos espirituales y sus enfoques científicos, serán los responsables de que muchas niñas y adolescentes arruinen sus vidas. Pero, consciente de ello, el gobierno no duda en «reforzar» las políticas que podrían resumirse en el siguiente trato: «yo te doy un plato de polenta frita, pero si me cerrás las piernas, m'hijita».

Si esta es la máxima que preside la aporofilia gubernamental, hubiera sido más conveniente contratar al doctor Mengele o al doctor Frankenstein para que se hagan cargo de atender a la primera infancia de Salta.

Con tal, está todo escrito en los astros: esquelética a los 7, policía infantil a los 9, embarazada a los 12, gaucha a los 15, peregrina a los 18 y pobre toda su vida. Sin contar con que a los 25 ya puede salir de joda con su propia hija desnutrida, para que los gauchos la embaracen y se reproduzca en ella el milagro de la vida.

Solo faltó que el ilustre médico salvaniños recomendara a la población infantil y adulta aplicarse en sus partes ímtimas el famoso gel japonés para no concebir de modo natural: el llamado Noko Gel.

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