
Tras destacar que un hijo es amado por ser hijo y no porque sea bello, sano, bueno o porque piense o encarne los deseos de sus padres, Su Santidad recordó que ser hijos nos permite descubrir la dimensión gratuita del amor, de ser amados antes de haber hecho nada para merecerlo, antes de saber hablar o pensar, e incluso antes de venir al mundo, “lo que representa una experiencia fundamental para conocer el amor de Dios, fuente última de este auténtico milagro”, dijo.
En alusión al cuarto mandamiento que pide “honrar al padre y a la madre”, el Papa afirmó que una sociedad que descarta a sus mayores es una sociedad sin dignidad, que pierde sus raíces y se marchita; mientras una sociedad que no se rodea de hijos, que los considera un problema, o un peso, no tiene futuro.
Además, teniendo en cuenta que la concepción de los hijos debe ser responsable, el Santo Padre también dijo que el simple hecho de tener muchos hijos no puede ser visto como una decisión irresponsable, puesto que la vida rejuvenece y cobra nuevas fuerzas multiplicándose.
Fuente: Vaticano.