
De camino a la parroquia, Su Santidad decidió modificar el programa y, acompañado del párroco, don Aristide Sana, se detuvo en el “campo Arcobaleno”, lugar donde emigrantes de Latinoamérica y Europa del Este han establecido una serie de viviendas provisionales.
Los moradores del campo se llevaron una grata sorpresa al ver aparecer al Papa Francisco y lo acogieron con cariño.
"¡Papa Francisco!", "Hola Papa Francisco", "¡Es el Papa!", "Buenas tardes, bienvenido"... Así recibieron los sorprendidos habitantes al Pontífice que llegó a saludarlos en la fría jornada dominical.
Hubo saludos, abrazos, apretones de manos, fotos y, por supuesto, oración. El Papa les preguntó cuántos hablaban español y al unísono contestaron: "¡Todos!". Rezaron juntos un Padre Nuestro y el Papa les dio su bendición.
Luego charló brevemente con ellos y se encaminó de nuevo a la parroquia que debía visitar.