
Provienen de puntos tan distantes entre sí como El Carril, Tartagal, Salta, Guachipas y La Viña y como no solo de fiesta y devoción vive el hombre, llegan a la capital de la Provincia con un lema: la paz mundial.
«La guerra es una derrota de la humanidad», puede leerse en alguna de estas pancartas cargadas de significado.
A su arribo al Santuario, fueron bendecidos por el curita que monta guardia permanente a las puertas de la Catedral y cuya misión consiste únicamente en impartir bendiciones express a los que van llegando.
Tras esta bienvenida, sus colegas policías los agasajaron, como ya sucediera el año pasado, en la sede del Departamento de Criminalística, ubicado en Pasaje Miramar 481, en donde, además de un buen mate con bollo, los peregrinos del Valle de Lerma han podido conocer de cerca las sofisticadas técnicas que emplea este Departamento para hallar restos humanos, que tanto éxito están dando últimamente.