
Este lenguaje -que no es fruto de la improvisación sino del cálculo- fue experimentado con éxito por el régimen nazi, cuyos teóricos habían descubierto que la manipulación de las palabras facilita la aceptación inconsciente de un sistema de valores y de una ideología, por lo que su empleo se justifica si lo que se busca es allanar los obstáculos para el ejercicio del poder a expensas de la libertad.
Así como Zagrebelsky, siguiendo el modelo del escrios y filólogo alemán Victor KLEMPERER, identificó una serie de vocablos como integrantes de la categoría LTI (Lingua Tertii Imperii), en Salta es muy fácil darse cuenta cuando la comunicación oficial pretende deformar la realidad para dar empaque a sus actuaciones, o para hacer aparecer en movimiento aquello que está quieto, o para hacer creer que el gobierno hace o consigue resultados que ni se propone hacer ni obtiene.
Es el caso del verbo «fortalecer», utilizado hasta la náusea por los comunicadores goebbelianos al servicio de Urtubey, que no solo dejó una Provincia pobre y endeudada sino también unas instituciones públicas singularmente destacadas por su imperdonable debilidad.
El paso del tiempo nos ha revelado que Urtubey nada «fortaleció», que todo era un cuento para que los salteños se creyeran lo que no es y que le votaran.
Es por ello que hay que lamentar que la página web del gobierno de Salta incluya hoy una noticia titulada Fortalecen la lucha integral contra delitos relacionados al comercio ilegal de metales.
No solo porque el verbo en sí se encuentra peligrosamente devaluado sino porque del desarrollo de la noticia no se advierte ningún «fortalecimiento» concreto sino un vago compromiso de que algunas cosas mejoren a futuro.
No se puede hablar de «fortalecimiento» sino cuando el objeto de la intervención gubernamental se ha hecho más fuerte, con acciones concretas y no con reuniones en la que se expresa solo la buena voluntad de los asistentes o en las que se dice que se van a tomar decisiones que aún no se han tomado o que, tomadas, no se puede evaluar todavía sus resultados.
Robo de metales
Junto al verbo «fortalecer», la comunicación del gobierno -especialmente si tiene que ver con la Policía- habla invariablemente de actuaciones «integrales», hasta para las cosas más intrascendentes.¿Qué es la lucha «integral»? ¿Debe entenderse como lucha «total»? Y si fuera así, ¿por qué razón la misma lucha antes no era «integral»?
Nadie puede responder a estar preguntas.
Habría que analizar con cuidado la descripción que hace la comunicación del gobierno de Salta sobre el objeto de la reunión, porque esto de decir que los funcionarios y los empresarios se han reunido «a fin de articular acciones preventivas conjuntas para detectar y evitar hechos ilícitos relacionados a la comercialización ilegal de metales y a la resolución judicial de las causas investigadas» se antoja un poco pretencioso y rebuscado.
Hubiera sido suficiente y más que suficiente decir que el gobierno está preocupado por la actividad criminal del robo de metales y que el ministro se reunió con las empresas que sufren este delito para ver qué es lo que pueden hacer.
Pero vamos a lo del fortalecimiento y veamos de dónde deduce el gobierno que «ya se ha fortalecido la lucha integral».
Dice el gobierno que en la reunión se acordó lo siguiente:
1) Avanzar en la articulación del trabajo coordinado entre los distintos organismos y actores intervinientes a fin de diagramar mecanismos más estrictos del control en las empresas.
2) Incrementar el patrullaje policial en zonas consideradas de riesgo.
3) Adquirir herramientas para un sistema de comunicación eficiente entre los distintos actores.
4) Realizar capacitaciones al personal por parte de las empresas.
Salta a la vista, pues, que en la reunión se habló de cosas que aún no se han hecho o de cosas ya hechas que se hicieron mal. Es decir que se podría hablar de «fortalecimiento» si alguna de estas cuatro cosas estuviera finiquitada y evaluada. Pero no cuando hay una simple promesa de hacer cosas en el futuro.
Es como si el gobierno comunicara mañana que ha logrado superar la pandemia del COVID-19, puesto se ha comprometido a vacunar a las personas. El gobierno confunde interesadamente el presente con el futuro.
Ojalá la jugada le salga bien al gobierno y en los próximos diez o doce meses se advierta una reducción de la actividad criminal que se propone combatir.
Pero mientras no lo consiga, por favor, que no hable de «fortalecemiento», si es que no quiere pasar a la historia como el periodo goebbeliano de Urtubey, que fue un fracaso comunicacional a la vez que político.