Dime cuáles son los settings de tus trending topics y te diré quién eres

  • Una mayoría bastante estable de usuarios de Twitter y otras redes sociales parecidas mantiene ajustado su sistema para que la aplicación le avise de los ‘topics’ que se están discutiendo en su barrio, a unas pocas cuadras de su casa.

Una minoría no menos importante en número e influencia que la anterior prefiere enterarse de lo que sucede en su Provincia y en su país. Forman parte de este grupo aquellos viejos lectores de la prensa escrita (todos ellos felices desertores de El Tribuno) que alrededor de las 12 del mediodía husmeaban por los kioscos de la Plaza 9 de Julio para ver si en el primer avión de la mañana había llegado la edición del día de La Nación, Clarín o Ámbito Financiero.


Pero hay otra minoría, muy minúscula, bastante temeraria y desde luego muy poco influyente, que tiene los ajustes de los TT de TW clavados “Worldwide”.

Son los que quieren enterarse de lo que se discute en el mundo entero, en un planeta sin fronteras, y no tienen empacho en utilizar el Google Translate cuando los TT aparecen escritos en árabe o en coreano.

Si hacemos el símil con los lectores desconfiados de El Tribuno de los años ochenta, estos seguidores de los trending topics universales son herederos legítimos de los que intentaban escapar de la fija sintonía de «Panorama Deportivo» (en Radio Güemes primero y Radio Salta después) y «El Mundo en la Noticia» (de Canal 11), sintonizando radios de onda larga que emitían desde Luxemburgo, Manchester o Boulder, Colorado, o canales de televisión peruanos y brasileños cuando había buena propagación en las frecuencias más bajas.

Los de los TT locales son directos descendientes de las viejas chismosas de los barrios periféricos. Los de los TT nacionales son hijos y nietos de los que antaño viajaban a Jujuy para comprar el D’Artagnan (porque llegaba antes que a Salta) y se empapaban de las crónicas futbolísticas de El Gráfico. Los de los TT Worldwide son herederos de una antigua tradición universalista que en casi todas las épocas ha impulsado a algunos individuos a explorar los límites desconocidos del mundo de las telecomunicaciones y estaban suscritos a publicaciones extranjeras de ciencia o de cultura.

Es por esta razón que la configuración de los trending topics dice mucho del usuario de las redes. Hay quienes, con todo el derecho de mundo, están solo interesados en su realidad más cercana, y otros, que con el mismo derecho intentan evadirse de la prisión del «pueblo chico» para internarse en los más amplios dominios de la conversación global.

Entre todos estos está abriéndose paso una clase de usuarios, a caballo entre lo local y lo global, que piensan que controlan todas las claves del mundo por tener uno o varios amigos (o paisanos) en lugares remotos. Son los pseudouniversalistas que no se enteran de nada o que tienden a interpretar los sucesos mundiales a través del prisma del localismo más primitivo. Estos son los más peligrosos, puesto que con una soltura que a veces asusta suelen sorprender a sus seguidores con juicios como: «En China la gente escupe por la calle», sin reparar que en este gran país habitan más de 1.400 millones de personas y que, tanto por su extensión, su demografía y su cultura, es un país muy variado, y su intrínseca variedad hace que sea muy peligrosos aventurarse con generalizaciones tan contundentes.

Otros, del mismo pelaje, tienden a idealizar a ciertos países (Alemania, Suecia o Finlandia) pintándolos como si fueran paraísos del bienestar, y miran a otros parecidos a nosotros con cierto desdén (España, Italia o Francia), cuando no con abierta hostilidad (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá o Australia).

Aunque el mundo ha cambiado y se ha hecho mucho más cercano, es muy ingenuo creer que por haber leído cinco o seis titulares ya se sabe «lo que pasa en el mundo», mientras los universalistas, los que desde siempre escudriñan aquello que existe más allá de donde nuestros sentidos pueden alcanzar, cada día dudan más de la realidad e invierten importantes cantidades de tiempo en estudiar las culturas más lejanas, intentado comprenderlas cada día mejor.