¿Qué es esto de 'desplazar a las autoridades'?

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Hubo una época en que las erratas verbales del gobernador Urtubey se podían interpretar como estrategias muy sutiles para enmascarar realidades complejas o personalmente desfavorables. Pero desde hace algún tiempo, el mal uso del lenguaje gubernamental ni siquiera merece esa sospecha de manipulación inteligente. Los errores son tan graves que no cabe sino pensar que Urtubey tiene un conflicto de corte freudiano con el Diccionario.

Ayer, el 95 por cien de los medios digitales que publican noticias sobre Salta se ha tragado el amague del gobierno y titulado así: «Urtubey desplazó a la autoridades de Tierra y Hábitat».

Lo han hecho, porque el gobierno provincial, a través de una de sus múltiples cuentas oficiales en Twitter, publicó lo siguiente:


«Desplazar» significa básicamente dos cosas: mover (1) o sacar (2) a algo o alguien del lugar en el que está. Por tanto, el uso de este verbo en la comunicación del Gobernador impide saber con exactitud si las autoridades «desplazadas» han sido sacadas del lugar en el que estaban o simplemente si han sido movidas; esto es, que han dejado de ocupar el lugar y espacio que ocupaban para pasar a ocupar otro.

No es que no estemos poniendo muy finos o exigentes en el análisis. Todo lo contrario, pues la costumbre del gobernador Urtubey de cesar a un alto cargo suyo para darle inmediatamente otro cargo en algún lugar de la Administración pública, invita a pensar que las «autoridades» de Tierra y Hábitat, en lugar de haber perdido «autoridad», se encuentran ejerciéndola en otro lado, cobrando el mismo sueldo o quizá uno más abultado.

A este paso, a la «planta permanente» y al «agrupamiento político» habrá que sumarle pronto la «planta de desplazados», que ya tiene una cantidad de gente como para fundar un sindicato propio.

Una persona que está al servicio del Estado cesa normalmente en sus funciones por dos motivos: por renuncia (a iniciativa propia o ajena) o por destitución (a consecuencia de una decisión superior). Se entiende, pues, que nadie cesa por desplazamiento; es decir, que se trata de una palabra muy mal empleada en casos como éste.

Destituir significa, según el Diccionario, «separar a alguien del cargo que ejerce». Por tanto, es un verbo mucho más específico y preciso que el utilizado por el Gobernador de Salta para dar cuenta de su acción.

Lo lamentable no es que Urtubey haya recurrido a otro verbo mucho más ambiguo sino que los periódicos -los periodistas, que son gente con estudios- hayan caído alegremente en la trampa tendida por el gobierno; que nadie se haya detenido a precisar el significado de las palabras y tenido la reacción cívica de exigirle al Gobernador que emplee las palabras adecuadas para describir sus acciones.

Muchos piensan que la ambigüedad del lenguaje de Urtubey no es más que una consecuencia de sus ambiguas posturas políticas. Pero en este caso, creemos que se trata de un intento de hacer un imposible equilibrio entre su afirmación de autoridad frente a un hecho de corrupción y la honra del «desplazado» señor Usandivaras.