El abanico arco iris de aliados de Urtubey

  • La ópera buffa de Urtubey, que se conoce con el nombre de 'diálogo político', ha mostrado su lado más grotesco, al sentar en una misma mesa al Gobernador y a los representantes de ¡nueve! partidos, que tienen en común ser aliados del gobierno.
  • Nueve partidos
El «diálogo político» convocado por el Gobernador de Salta ha mostrado ayer su lado más cómico, cuando el Primer Mandatario provincial reunión en torno suyo a representantes de partidos políticos «aliados» del gobierno.

La parte divertida del asunto es que Urtubey ha presentado como opositores a quienes de verdad no lo son, como el senador Juan Carlos Romero y el diputado nacional Miguel Nanni, con quienes comparte amplios espacios de coincidencia, tanto en la política doméstica como en la nacional.

Poco después vino el Partido Obrero, que tal y como había anunciado su líder, Claudio Del Pla, se limitó a usar del Gobernador como si fuese una mesa de entradas y sin cruzar palabra -o casi- le dejaron un escrito. Una carta a los Reyes Magos.

Pero mientras los anteriormente nombrados suman con suerte tres fuerzas políticas con sello, los «aliados» de Urtubey son nueve. Y ello, sin contar al Partido Justicialista, que también acudió a la reunión bien representado por el tándem Godoy-Kosiner: los modernos Laurel & Hardy, que filmaron su primera película juntos cuando, hace ya algunos años, huyeron en horas de la madrugada del edificio de la Legislatura para evitar ser aguaicados por unos manifestantes enfurecidos.

Los nueve partidos satélites, que expresan el ancho y refrescante pluralismo que rodea por la cintura al gobierno de Urtubey, son los siguientes:

1. Frente Salteño
2. Partido para la Victoria
3. Memoria
4. Frente Plural
5. Partido Renovador de Salta
6. Libres del Sur
7. Frente Grande
8. MPU
9. Kolina

El número tan exagerado de partidos amigos es suficiente para demostrar que el diálogo político es una cortina de humo tras la cual se intenta disimular una operación que persigue fines inconfesables.

De los nueve partidos mencionados, hay por lo menos seis que son formalmente de izquierdas; es decir, que no se han enterado todavía que Urtubey ha salido finalmente del closet y se ha revelado como lo que es: un conservador con fuertes inclinaciones reaccionarias.

Todos, por un motivo o por otro (generalmente vinculado con su participación en el presupuesto) han perdonado a Urtubey su abandono del kirchnerismo y sus críticas a la anterior Jefa del Estado. Todos, incluido ese magnífico defensor de los Derechos Humanos que es el señor Ávila (funcionario que cobra un sueldo en el Ministerio de Gobierno), toleran que Urtubey se dé la mano por debajo de la mesa con el Arzobispo, para asegurar a perpetuidad la enseñanza religiosa en las escuelas públicas; que interponga obstáculos administrativos y judiciales a las interrupciones no punibles del embarazo; y que castigue a los ciudadanos más vulnerables (entre ellos a cientos de miles de mujeres) con políticas arrancadas de otro siglo.

Si esa es la izquierda que hay en Salta y esa es su forma de «dialogar» con el gobierno, la verdad es que no necesitamos que haya derecha.

Finalmente, la presencia en la reunión de diálogo con «aliados» del diputado Matías Posadas (Consejero de la Magistratura por la primera minoría) es la prueba del nueve de que Urtubey y sus amigos violan como les da la gana el artículo 157 de la Constitución de Salta.