
El proyecto lleva la firma de los diputados Gabriela Martinich, María Estela Crausaz y Jesús Ramón Villa, representantes de los departamentos de San Martín, Orán y Rivadavia, respectivamente.
Los autores del proyecto dicen que lo que se pretende con él es «aportar a la inclusión de los pueblos originarios y al reconocimiento de su lengua en todas las instituciones públicas en las regiones donde existan comunidades originarias, como así también fomentar la práctica y difusión de las lenguas originarias, el rescate y valorización de las mismas».
“Es parte de nuestro deber el cuidado de nuestros orígenes”, dice la diputada Martinich, que no se refiere a sus orígenes serbocroatas, sino a su indisputada pertenencia originaria.
Para la legisladora, el proyecto supone reconocer que hay otros idiomas, «algo que nunca se hizo».
Por último, la legisladora ha señalado -en correctísimo idioma castellano- que «el empleo de la señalización plurilingüe es quizás el principal instrumento simbólico de percepción e institucionalización de la realidad plurilingüe de un territorio».
¡A ver quién se anima a traducir a la lengua toba semejante párrafo!