
El inesperado homenaje parlamentario a la merecida ganadora del concurso ha traído sin embargo alguna polémica, puesto que sin indagar mucho en el background de la joven artista, los diputados han homenajeado a una persona que al parecer no quiere estudiar.
Por supuesto que la decisión de estudiar o no es muy personal de cada quien, aunque ya no es tan constructiva ni libertaria cuando se trata de alguien comprendido en el tramo de edad de la educación obligatoria. Tal vez, mientras aplaudían y se sacaban selfies con la cantante los diputados deberían haber hecho el esfuerzo por convencerla de las bondades de la educación a edades tempranas.
La situación no es novedosa, por supuesto. En Salta hay decenas de artistas subvencionados directamente por el gobierno que mientras reciben apoyo económico en diversas formas, evaden impuestos y no son lo que cualquiera podría calificar como «ciudadanos ejemplares».
Pero tratándose de una joven de 14 años, la situación es un poco diferente por cuanto no parece bueno que el Estado -en este caso la Cámara de Diputados- pase por alto un detalle tan importante como la escasa propensión de alguien a someterse a un sistema educativo que es, además, obligatorio hasta cierta edad.
Ojalá que a la ganadora del concurso de los «Genios» le espere un brillante futuro en el mundo de la música, sea que complete sus estudios o que no. Al final, la decisión siempre es de ella, o de sus padres, llegado el caso.
Los que no pueden decidir homenajes que por debajo aplaudan, consienten o toleren el incumplimiento de las obligaciones cívicas son los diputados provinciales. A más de uno de ellos se les debería caer la cara de vergüenza por haber organizado, sin las precauciones debidas, un espectáculo de esta naturaleza. Y más de uno debería ya mismo a ponerse a redactar un proyecto de declaración que diga que la cámara «vería con agrado» que los niños artistas en edad escolar se tomen el tiempo necesario para terminar sus estudios obligatorios. Más o menos como sucede en Hollywood con los niños y niñas que se dedican a la actuación.
El ejemplo -insistimos- no lo debe dar la artista, que como artista que es debe ser libre. Lo deben dar en todo caso los diputados, demostrando que la frivolidad y las luces de neón nuncan está por encima de los grandes objetivos del Estado.