
La última reunión de la Comisión de Legislación de la Cámara de Senadores de Salta convocó a varios de los calvos más famosos e influyentes de la Provincia, en lo que parecía una cumbre a gran escala para tratar sobre la disfunción capilar.
La reunión fue presidida por un calvo de pro: el senador cerrillano Alfredo Jorge.
Acompañaron a Jorge, su paisano el senador por Rivadavia Mashur Lapad (otro que puede presumir de una testa reluciente y libre de pelos) y el invitado estrella: el Procurador General de la Provincia, Pablo López Viñals, que con ese gesto de profundo escepticismo parece ir anticipando que su incipiente calvicie terminará, algún día, tan amplia y brillante como las de sus compañeros de mesa.
Otro pelado aparece en la fotografía, de espaldas a la cámara, lo que deja en ostensible minoría a los capilarizados senadores Miguel Nanni y Manuel Luque, los únicos que mantienen en la mesa el alicaído prestigio de la clase pilosa.
Contravención al sentido común
De momento, a la vista de esta cómoda mayoría senatorial de los pelados, el código contravencional de Salta no incluirá a la calvicie entre las infracciones penales sancionables.No obstante, los senadores quisieron escuchar la opinión del procurador López Viñals acerca de la reforma a dicho código que se encuentra en estudio en la Cámara de Senadores.
El senador Jorge ha dicho que el proyecto de ley de reforma el código contravencional ha ingresado hace poco a comisión y que por ello los senadores consideran necesario «escuchar a las partes interesadas y, si se quiere, participantes».
No está muy claro a quiénes considera el senador como «partes interesadas» o «partes participantes», pero no parece muy probable que en este empeño los senadores quieran escuchar la opinión de los contraventores, que son los primeros interesados.
López Viñals -no se sabe si como parte interesada o participante- criticó «parte» de la reformas realizadas por la Cámara de Diputados, ya que considera que «deben ser modificados algunos artículos por tener errores; algunos en cuanto a la técnica legislativa y, otros, por contener gruesos errores en materia procesal».
Es decir, que los señores diputados, representantes del soberano, no tienen la menor idea de técnica legislativa y menos de cuestiones procesales, a pesar de ser los responsables de sancionar las leyes de la Provincia. Solo el procurador López Viñals está en condiciones de decir y de decidir cuál es la «buena» técnica legislativa y enmendar, claro está, hasta los errores más gordos en materia procesal.
El Procurador General defendió la necesidad de la reforma, para que el código contravencional se adecue al nuevo Código Procesal Penal. Para ello -dice- «se debe hacer un análisis minucioso y a conciencia, armar algo unificado y coherente. Debemos evitar que se repitan errores que están en el código actual o que se profundicen».
En una insólita toma de posición política, el Procurador General dijo: «celebro la existencia del sistema bicameral, que nos da la posibilidad que las leyes se discutan y trabajen con el tiempo y el análisis necesarios».
Aparentemente, para el señor López Viñals, en aquellas sociedades en las que existe una sola cámara legislativa las leyes son una auténtica porquería, aunque los legisladores de esa solitaria cámara inviertan años en estudiar y analizar los proyectos.