Algo debe de tener -además de ojos claros- Javier David para que Irene Soler lo considere el candidato más apto «para construir una Salta moderna e inclusiva». Sucede que Soler es una de las pocas legisladoras (incluidos los hombres) sobrias, aplicadas y modernas que ocupan un asiento en el Poder Legislativo provincial y su opinión, por muy parcial que pueda parecer a primera vista, debe ser tomada muy en serio.
Dice Soler que la intención de David es «confluir con las diversas expresiones políticas» y hacer de Salta una ciudad «moderna, inclusiva, sustentable, ordenada y segura».
Cuando la diputada habla de diversas expresiones políticas no se refiere en primera instancia a los demás partidos, sino a «todas las expresiones políticas del oficialismo», dando por hecho, aunque no con estas palabras, que el frente que comanda Urtubey es un loquero donde los enfrentamiento están a la orden del día y resulta muy difícil poner de acuerdo a los enfrentados.
Soler dibuja al «espacio que conduce Javier David» como «una construcción política sin egoísmos o personalismos». Habrá que ver hasta dónde llega la generosidad de David y si su ego le permite ver crecer bajo sus pies a figuras emergentes como la de la propia Irene Soler, que aunque no lo diga, tiene cualidades y méritos suficientes para hacerle sombra el exministro de Romero.