
Hay una cierta categoría de salteños que entiende la comparación como un insulto a la salteñidad y otra que seguramente la ve como un ejercicio de pedantería bastante inútil.
A pesar de todo ello, al menos yo sigo pensando que la comparación es necesaria, sobre todo si lo que queremos es enfocar mejor nuestros problemas y encontrarles una solución adecuada, y más todavía si lo que pretendemos es calibrar la auténtica capacidad de nuestros líderes.
Seguramente el gobernador Juan Manuel Urtubey (49) sale bastante mal parado si lo comparamos con Winston Churchill, con Felipe González (76), con Helmut Kohl, con John F. Kennedy o con François Mitterrand.
Por eso es que intentamos compararlo con otros líderes de su generación -alguno de ellos más jóvenes- como Emmanuel Macron (41), Pedro Sánchez (46), Barack Obama (57), Sebastian Kurz (32) o Justin Trudeau (47).
Frente a cualquiera de los anteriores, el Gobernador de Salta tiene realmente poco que decir. La capacidad política e intelectual de uno y de los otros está bastante clara.
Hoy toca compararlo con la única que aparece como estrella ascendente en el complejo firmamento político de la democracia mundial: la congresista norteamericana por Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez, que con 29 años, es la representante más joven de toda la historia de las instituciones federales norteamericana.
Por supuesto, Urtubey sale ganando si se lo compara con los concejales acusados de abuso sexual en Orán y en Metán, y con algunos políticos de andar por casa que viven en la misma capital de la Provincia. Esa comparación sí le interesa al Gobernador y a sus partidarios incondicionales.
Pero para los salteños será muy interesante ver cómo una política de solo 29 años (veinte menos que los de Urtubey), sin más ayuda que sus propios recursos dialécticos y con una sola pregunta pone en serios aprietos a una numerosa comisión de investigación parlamentaria.
Se podrá estar o no de acuerdo con Ocasio-Cortez, se podrá simpatizar o no con el Partido Demócrata estadounidense, pero lo que no se puede negar es que, en más de un cuarto de siglo de carrera política, el Gobernador de Salta y actual candidato a la Presidencia de la Nación, jamás ha logrado ni siquiera rozar un nivel de agudeza verbal y de destreza parlamentaria como el de esta joven congresista norteamericana, que -insisto- es la primera vez que ocupa este cargo.
Quizá cuando nos demos cuenta de la verdadera envergadura intelectual de quienes dirigen nuestra sociedad, se comiencen a aclarar muchas de las dudas que planean sobre nuestros problemas.