Urtubey dice que apoyará ‘como ciudadano’ a todos los candidatos a Gobernador de Salta

  • Las absorbentes obligaciones de su campaña proselitista, la misma que lo mantiene alejado de Salta y de sus problemas desde hace casi dos años, están haciendo perder la compostura y el timing a Juan Manuel Urtubey.
  • Elecciones 2019

El Gobernador de Salta, después de presentar a la pobrísima lista de candidatos a senadores y diputados nacionales que irán en su boleta, encabezada por un conspicuo miembro del Partido Renovador de Salta, ha dicho que no tiene un candidato a Gobernador preferido.


Se trata de una revelación más o menos importante, porque hasta hace unos días Urtubey decía que su candidato a Gobernador de Salta era Gustavo Sáenz.

Pero quizá porque el actual Intendente Municipal de Salta se ha decidido a ser candidato del macrismo (a pesar de no haber roto formalmente con Urtubey) este le ha devuelto las atenciones de la forma en que ya hemos visto.

El problema no es que Urtubey diga que apoya o deja de apoyar a nadie. Está en todo su derecho de no hacerlo o de escoger a cualquiera. La cuestión es que, ya fuera de la realidad, ha dicho que apoyará a todos los que se presenten a la elección para Gobernador y que lo hará «como ciudadano».

Se trata de una extravagancia y de un error conceptual, porque precisamente los ciudadanos deben elegir. Ese es el genius de la democracia.

Si en una elección se permitiera a los ciudadanos votar por todos los candidatos, el recuento de los votos y la proclamación de un ganador serían imposibles de llevar a cabo.

Quizá lo que ha querido decir Urtubey (y no nos animamos a interpretarlo) es que, como Gobernador que es todavía, observará una cierta neutralidad respecto de la disputa entablada para su sucesión.

Si esta fuese la idea, no está del todo mal. Lo que está muy mal es que él mismo no respete la obligatoria e imprescindible neutralidad del gobierno de Salta y del Estado provincial en las elecciones a las que se presenta él, y que utilice los bienes y recursos que son de todos los salteños para su campaña proselitista.

Evidentemente, muy pocas posibilidades hay que pueda interpretarse el apoyo «ciudadano» de Urtubey como un gesto de neutralidad política, puesto que las veces que él ha sido candidato repetir como Gobernador, que han sido dos, el gobierno y el Estado de Salta han sido cualquier cosa menos neutrales.

Es más lógico pensar que Urtubey no sabe lo que son los ciudadanos ni cómo se ejerce de tales. Es difícil pero no imposible que un político con más de un cuarto de siglo de experiencia no sepa que los ciudadanos no apoyan a todos los candidatos como él dice sino que, cuando llega el momento, se decantan por uno de ellos y desechan a todos los demás. Además, entre «apoyar a todos» y «ser neutral» hay enormes diferencias filosóficas.

A estas alturas, más de un candidato a Gobernador de Salta se ha dado cuenta que lo que pueda decir o hacer Urtubey en su Provincia ya no tiene la importancia que tenía antes. Su burbuja se ha pinchado y ahora, rebajado a ocupar una candidatura de segundo orden en el plano nacional, se le considera un perdedor, aun cuando la suerte le sonría en las elecciones presidenciales.

Los candidatos a Gobernador, los que ya se han lanzado y los que aún esperan que se cumplan los plazos del calendario electoral, han resuelto hacer su vida de espaldas al Gobernador actual y casi todos ellos parecen dispuestos a sostener esa decisión aun en el supuesto de que Urtubey decida volver a hacer travesuras en Salta después del próximo mes de diciembre.

Si se propusiera hacerlas, ya nada será igual para él. Ni la riqueza acumulada, ni el glamour, ni el vedettismo, ni el control de jueces podrán lograr ya detener lo que parece una realidad incontestable: que un nuevo sujeto de poder vela armas en el Portezuelo y que ese nuevo sujeto no lleva el apellido Urtubey.