Buabse: De los graves atentados contra las personas a los graves atentados contra los gallos

Desde aquel infausto dictamen del CIF sobre el atractivo sexual de una niña de 9 años, la carrera de la doctora Gabriela Buabse en la magistratura salteña parece haber ido de mayor a menor.

Hasta hace poco, quien fuera directora-fundadora del novísimo e hipertecnológico Cuerpo de Investigaciones Fiscales, desempeñaba el cargo de Fiscal de Graves Atentados contra las Personas, una posición estratégica dentro de la estructura vertical del Ministerio Público salteño.

El caso es que la reputada profesional ha dejado también estas tareas y ahora dirige con mano de hierro la sucursal Nº 8 de la Fiscalía Penal a donde atiende delitos de los más variopintos, por no decir pintorescos.

Buabse ha ordenado hoy mismo, por ejemplo, el secuestro de «nueve gallos de pelea» de un reñidero clandestino ubicado en las inmediaciones del cerro Chato, al sur de la ciudad de Salta.

Según la información policial, los gallos presentaban «múltiples lesiones» y un «elevado grado de estrés», lo cual en cierto modo es lógico teniendo en cuenta a lo que sus malvados dueños se dedicaban.

A la Fiscal le ha tocado resolver sobre la suerte de las 25 personas -entre adultos y menores- que resultaron detenidos en el procedimiento. Para los mayores ha recetado «identificación simple», mientras que los menores galleros fueron puestos a disposición del Juzgado de Menores de turno, que decidirá si pasan el Día del Padre entre rejas o en su domicilio.

El veterinario policial ha emitido un diagnóstico de «reservado a grave» en relación con el estado sanitario general de las aves, que se recuperan ahora de sus lesiones en la Escuela Agrícola.

La gravedad -ayer de las personas, hoy de los gallos- parece ser, pues, el sino profesional de Buabse.