
Pipa se salvó de ser condenado por un sexto delito de hurto con escalamiento en grado de tentativa, al haberse extinguido la acción penal por prescripción.
Según el portavoz de prensa del Poder Judicial, uno de los hechos que motivó la condena de Pipa ocurrió el 24 de diciembre de 2012, alrededor de las 14, cuando una mujer sorprendió al condenado en el interior de su casa. Al verla, Pipa sacó un cuchillo y se lo puso en el cuello. «Callate, no digás nada o te mato, le dijo», antes de apoderarse de un secarropas, dos pares de zapatillas, una garrafa y varias prendas de vestir.
También fue denunciado por la dueña de un depósito al que Pipa había accedido en dos oportunidades acompañado de otros sujetos, escalando una pared. La mujer contó que la primera vez le sustrajeron cuatro fardos de gaseosa y un cajón de cervezas. En la segunda oportunidad fueron sorprendidos y huyeron sin llevarse nada.
Una tercera denuncia fue presentada por otro hombre que sorprendió a Rodríguez parado en la pared medianera de su casa, llevándose algunos objetos que acababa de sustraer de su propiedad: una amoladora, un taladro, una radio, una campera y un par de botines.
Por si todo lo anterior fuese poco, a Pipa se lo halló culpable del hurto de un lavarropas, dos bicicletas, una pala, un pico, un coche de bebé, una garrafa y un taladro, en tres hechos diferentes. En uno de los inmuebles al que accedió luego de escalar una pared, el imputado dejó olvidada una carpeta adonde estaban consignados sus datos y el nombre del colegio nocturno al que acudía.
Fuente: Poder Judicial de Salta