
No solo el agresor de madres ha estrenado las flamantes instalaciones judiciales. También lo han hecho la jueza Asusena Vázquez, que fue quien lo ha juzgado y condenado, y la propia madre del encausado, que estuvo presente en el juicio.
A la vista asistieron la defensora oficial Natalia Pagani y el fiscal Julio Mendía Campos.
La jueza Vázquez impuso a G.A.A. unas estrictas reglas de conducta, entre las que no figura el deber de escribir 5.000 veces en el pizarrón la frase «debo respetar a mi madre».
A falta de esta cautela esencial (al menos en la escuela), a G.A.A. se le ha ordenado someterse al cuidado del Patronato (habida cuenta de sus malas relaciones con el Matronato), así como abstenerse de concurrir a determinados lugares y, en especial, prohibición de acercamiento a la víctima y su lugar de trabajo. También deberá abstenerse de consumir bebidas alcohólicas.
Fuente: Poder Judicial de Salta