Según la información oficial del portavoz de prensa del Poder Judicial salteño, el hombre ha sido sentenciado a tres años de prisión por un delito de abuso sexual simple continuado.
La denuncia contra él fue formulada por la madre de la víctima, una niña de 11 años de edad que reveló a su maestra que había sido sometida a tocamientos por parte de su vecino, padre de su amiga.
La niña reveló también que su avieso vecino le venía haciendo lo mismo desde que ella tenía cinco años de edad y que se provechaba de la situación cuando la niña se quedaba a dormir en casa de su vecina o cuando visitaba su casa.
Según la información oficial, la víctima de estos hechos habló en la escuela acerca de los abusos a que era sometida porque un día se encontró con su agresor en la puerta del establecimiento y este la invitó a su casa a la salida de clase. Aparentemente, el hombre sabía que la menor, al regresar de la escuela, pasaba un tiempo sola hasta que su madre volvía del trabajo. Angustiada y atemorizada, la niña se decidió contarle los hechos a su maestra de sexto grado.
La víctima dijo que nunca antes había hablado del tema porque su agresor le decía que, si lo delataba, iban a dejar de verse con su vecina.