El Puma Arroyo cae por knockout técnico frente a la justicia de Salta

El Juez de Garantías de Segunda Nominación de la ciudad de Salta, Ignacio Colombo, ha condenado en juicio abreviado al exboxeador Miguel Ángel Puma Arroyo a la pena de dos años y diez meses de prisión de ejecución condicional por los delitos de lesiones y amenazas.

El magistrado, después de la cuenta reglamentaria, ha ordenado al púgil «retirarse a su esquina», para que se someta a diagnóstico y posterior tratamiento psicológico para prevenir adicción al alcohol y cualquier conducta violenta.

Arroyo fue llevado a juicio por lesionar a los policías que intervinieron en un episodio de violencia de género que tuvo por protagonista al fornido boxeador y a su esposa.

El incidente ocurrió el pasado mes de abril cuando en el sistema 911 se recibió una llamada que alertaba de que una mujer estaba siendo golpeada en una vivienda de la calle Mar Arábigo al 1000 del barrio San Remo.

Los policías que se personaron en el lugar se dieron con la novedad que el presunto agresor era nada menos que el excampeón argentino y sudamericano de los medios livianos. Antes de oponer su fuerza física a la intervención policial, Arroyo intentó evitar el acceso de los agentes a la vivienda, soltando a un feroz perro.

Los colmillos del animal no evitaron que la policía ingresara finalmente a la vivienda, donde el excampeón, de 41 años, comenzó a demoler uno por uno a los policías que intentaron detenerlo. A uno de ellos le provocó un traumatismo facial grave con pérdida de cuatro piezas dentales, según informó en su día la Policía.