Padres y padrastros pervertidos, juzgados y condenados en Salta por violar a sus hijas menores

  • En Salta, el drama no es solo wichi, como parece indicarlo la lectura de los principales titulares de la prensa. A diario suceden en nuestra provincia hechos horribles, como los abusos sexuales cometidos por padres contra sus propios hijos.
  • Hechos 'aberrantes' pero ya casi familiares y cotidianos

La prensa local suele dedicar a estos hechos titulares de espanto, pero, en el fondo, el tratamiento de las noticias es frío y da a entender que la sociedad está de alguna forma ya acostumbrada a este tipo de sucesos, aunque sus comentaristas suelan calificarlos de «aberrantes».


En las pasadas 24 horas se han conocido dos sentencias judiciales, una pronunciada por un tribunal de Orán y otra de un tribunal de la ciudad de Salta, que condenan a dos sujetos a penas de prisión de catorce y ocho años de prisión, respectivamente, por violaciones cometidas por los padres contra sus hijas o hijastras.

El primero de estos casos fue sentenciado por el magistrado señor Raúl Fernando López, de la Segunda Sala del Tribunal de Juicio de la ciudad de Orán. En este procedo, López ha condenado a un hombre de 39 años a la pena de catorce años de prisión por un delito continuado de abuso sexual con acceso carnal (violación) perpetrado contra su propia hija de 15 años de edad.

El otro fue resuelto por el magistrado señor Roberto Faustino Lezcano, de la Cuarta Sala del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta. En este caso, la pena ha sido menor (ocho años de prisión), pero el delito muy parecido: abuso sexual con acceso carnal continuado (violación) agravado por la guarda y la convivencia preexistente, en perjuicio de una menor de 14 años de edad, hijastra el violador.

Según la información oficial del Poder Judicial salteño, la menor agredida sexualmente presenta retraso madurativo y, cuando comenzaron las agresiones, la víctima -que contaba entonces con 14 años- había alcanzado el desarrollo psicomotriz de una niña de unos cinco años de edad.

Según la misma información, la víctima quedó embarazada de su padrastro y dio a luz a una niña («un bebé hermoso», habría ducho el Gobernador). Los estudios de ADN confirman que el padre de la criatura es el padrastro y violador de la madre.

A todo esto, mientras se sigue hinchando la base de datos genética con información de los delincuentes sexuales y se multiplican las condenas, ninguna autoridad se muestra preocupada por estos hechos y los medios de comunicación -a pesar de los adjetivos- siguen informando este tipo de hechos como si se tratara de «pequeños detalles» de la vida doméstica.