El juez de la Primera Sala del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta, señor Héctor Alavila, ha accedido a conceder el beneficio de la suspensión del juicio a prueba a un hombre de 36 años que había sido acusado de un delito de estafa.
La información oficial del Poder Judicial salteño identifica al hombre, con nombres, apellido y edad, pero no dice qué es lo que hizo (o lo que dicen que hizo) para estar a punto de ser juzgado por el delito señalado.
Sin embargo, todo hace pensar que el beneficiado por la «probation» debe de haber sido autor de una estafa de muy escasa cuantía, ya que las reparaciones aceptadas por el juez Alavila para suspender el juicio son realmente ridículas.
Para empezar, el acusado beneficiado deberá resarcir al damnificado -presunto estafado- con la suma de 3.000 pesos (menos de 200 dólares).
Entre las reglas de conducta que le han sido señaladas por el juez, figuran la obligación de efectuar una donación mensual de 3 kilos de azúcar y dos kilos de yerba a la escuela Gobernador Manuel Solá de Cerrillos, durante los doce meses que dura la suspensión del juicio.
Durante el mismo periodo, el acusado deberá fijar domicilio real y notificar al tribunal cualquier cambio del mismo; abstenerse de consumir drogas y de abusar de bebidas alcohólicas, mantener cualquier tipo de disputa o discusión con el damnificado, salvo que sea por intermedio de una autoridad competente y abstenerse de cometer delito alguno.